Chile emite al año 80 millones de toneladas de CO2. Para desmenuzar esa cifra y generar cursos de acción a fin de reducir sus emisiones, desde hace ocho meses se conformó MAPS en Chile. La iniciativa partió en 2005 en Sudáfrica y se trata de un "programa de trabajo para apoyar a países en desarrollo a elaborar planes de desarrollo que sean compatibles con los desafíos del cambio climático".
En marzo pasado el ministerio de Medio Ambiente dio a conocer el programa MAPS Chile que en un plazo de dos años se propone "generar, analizar y validar información, modelación e investigación sobre las trayectorias de emisiones de gases de efecto invernadero en Chile", con la idea de identificar acciones de mitigación.
El grupo de trabajo lo conforman más de 70 expertos y el ingeniero civil eléctrico Rodrigo Palma, director del Centro de Energía, es también el líder de la investigación en MAPS.
"En la segunda comunicación nacional está el inventario de emisiones de Gases de Efecto Invernadero. En ese catastro se distinguen cinco sectores: energía, procesos industriales, agricultura, residuos y CUTS (cambio uso territorial y uso de suelos). De esos sectores, energía (que está compuesto a su vez por varios subsectores), es el que aporta la mayor emisión. Lo sigue el sector agricultura y CUTS que, tiene un balance negativo, es decir, que si bien emite, también absorbe carbono", cuenta Palma a modo de introducción.
Del total de emisiones se sabe que el sector de energía genera el 70%. El resto se divide el 30% que queda. Agricultura debe ser un 20%, residuos un 3% y procesos industriales un 7%. "El sector forestal deja un margen positivo de absorción de 20 millones de toneladas al año a nivel país que, desgraciadamente, ha ido bajando con los años".
Por eso y como cada sector requería un análisis distinto, se dividió todo en siete áreas productivas. Cada una será estudiada por un grupo distinto que, actualmente, están participando en una licitación.
El ingeniero cuenta que el equipo está trabajando en poner números reales a curvas sobre las emisiones de Chile en cuatro escenarios distintos. "La primera corresponde a cómo se veía la proyección de Chile desde el año 2007, año base para el compromiso que el país firmó en Copenhague, hacia 2050. La segunda es cómo vemos desde hoy que Chile se va a relacionar con las lógicas actuales, con las leyes que están hoy presentes como la ley de energías renovables o de rescate del bosque nativo. Y está la curva con los datos aportados por la ciencia. El informe del Panel Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC) definió 21 modelos matemáticos mediante los que se estableció que la temperatura del planeta aumentaría dos grados. Con toda esa información vamos a generar una librería de posibles acciones que estamos construyendo. Esas curvas no sólo mostrarán cómo cambian las emisiones, sino los efectos en precio, en empleo, en distintos aspectos de costos de las medidas", explica Palma.
-¿Qué van a hacer en MAPS con esta información?
MAPS va a modelar siete sectores del país, entre ellos, generación de energía, minería, transporte y urbanismo, agropecuario, comercio, entre otras. La idea de MAPS es lograr armar un modelo que permita proyectar cómo van a evolucionar estos sectores de aquí al 2050. Por supuesto observándolos de manera integrada.
-¿Hay algunas ideas de qué se debería hacer?
Hay mucho por hacer. Lo primero está en las acciones privadas. Pero hay un gran ámbito, el de las políticas públicas, en el que hay dos vías: una las que usan el mercado y otras, las que crean mercado. Ahí hoy hay muchas acciones y de todo tipo. Hoy las que se ven mejores son las que ya están en curso, como la ley de bosque nativo. También está la ley de renovables, que fue un poco respuesta a esto. Si te dijera ahora acciones o cifras, significa que ya no es necesario hacer MAPS. Porque la idea es que esto nos va a permitir por fin ponerle números a juicios que tenemos con información parcial o información que no necesariamente tiene respaldo analítico. La experiencia internacional tiene una batería muy amplia de acciones de mitigación y creemos que Chile tiene varias a las que puede recurrir como herramientas.
-¿Están ocupando la información que generan las compañías al hacer sus cálculos de huella de carbono?
Tratamos de ocupar toda esa información disponible tanto del mundo privado como público.
-¿Percibe que hubo un aumento por parte de las empresas a realizar este tipo de acciones?
Es evidente que la presión internacional por tener productos con huella de carbono baja es clarísima en muchos mercados. Diría que no hay ninguna duda de que la toma de conciencia de estos temas a nivel Chile ha crecido exponencialmente.
-Pese a toda la información en torno al cambio climático, ¿usted es un optimista?
Optimista, pero no ingenuo. Creo que tenemos un tremendo espacio para generar información de buena calidad y tomemos buenas decisiones.
-¿Dónde ve las mayores oportunidades de Chile?
-Es un país con un tremendo territorio. Hay países que ya no saben de dónde sacar espacio. Nosotros tenemos riquezas naturales. Tenemos una plataforma de profesionales que son capaces de abordar desafíos. Estamos en una situación comparativa como país en desarollo que permite ser optimista.