El gigante surcoreano de las telecomunicaciones Samsung Electronics anunció este martes esperar unos beneficios récord de US$14.100 millones en el cuarto trimestre de 2017, gracias a la enorme demanda de sus tarjetas de memoria.

El "boom" de esta división ha permitido a la compañía superar el escándalo que llevó a su presidente de facto a la prisión y los enormes problemas de su teléfono Galaxy Note 7.

Según los datos publicados este martes, Samsung Electronics, una de las compañías del grupo Samsung, espera ahora alcanzar unos beneficios de 15,1 billones de wones (unos US$14.100 millones) entre octubre y diciembre del año pasado, casi el doble que el resultado del año anterior. Sin embargo la cifra es inferior a la que esperaban los analistas interrogados por la agencia Bloomberg, que auguraban 16,1 billones de wones. Samsung también revisó al alza sus previsiones de beneficios anuales, hasta los 53,6 billones de wones, también una cifra récord.

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En agosto Lee Jae-Yong, vicepresidente de Samsung Electronics e hijo del presidente del grupo Samsung, fue encarcelado por corrupción y otros cargos relacionados con los pagos de la empresa a la confidente de la expresidenta Park Geun-Hye, ahora destituida.

En 2016 la compañía vivió otra crisis cuando su teléfono estrella, el Galaxy Note 7, tuvo que ser retirado de la venta por un problema en las baterías que podían estallar en ciertas circunstancias.

Sin embargo en los últimos meses la demanda ha sido fuerte. Las ventas en el cuarto trimestre aumentaron un 23,8%, según las previsiones publicadas por Samsung. La marca tiene previsto lanzar el mes que viene su nuevo teléfono Galaxy S9 para competir con el iPhone X de Apple.