Las perspectivas de Nicolas Sarkozy de un regreso al poder recibieron ayer un nuevo golpe cuando el ex presidente galo quedó imputado por acusaciones de corrupción.
Sarkozy, quien niega todos los cargos, fue liberado en las primeras horas de ayer. El tribunal después anunció que lo había puesto a él, a su abogado y a un juez bajo investigación formal por sospechas de corrupción, tráfico de influencias y por romper el secreto profesional en un caso que deriva de la interceptación del teléfono de Sarkozy por parte de la policía.
Este hecho significa que Sarkozy ahora enfrenta meses de incertidumbre acerca de su destino legal justo en momentos en que está por decidir si regresar a la política para participar otra vez como candidato presidencial en la próxima elección en 2017.
El estatus de imputado no significa que Sarkozy definitivamente enfrente un juicio en el caso. Él quedó bajo investigación formal en un caso anterior por acusaciones de haber solicitado financiamiento de campaña ilegal a Liliane Bettencourt, la heredera de L’Oréal, algo de lo que quedó exculpado.
La pregunta inmediata que enfrenta Sarkozy es cómo el caso afectará sus potenciales planes de un regreso. Él ha señalado que tomará una decisión en septiembre. Sus partidarios le están pidiendo que vuelva a la política sin importar estas acusaciones de corrupción, con el objetivo de continuar el liderazgo de la oposición de centro derecha UMP en un congreso del partido en noviembre.
Pero probablemente él enfrentará creciente oposición de los otros aspirantes del partido, quienes creen que una serie de acusaciones contra Sarkozy han perjudicado de manera fatal su potencial candidatura.
La reacción de los líderes del UMP fue mesurada ayer. Alain Jppé, ex primer ministro y principal rival de Sarkozy según las encuestas de opinión, insistió en que sus relaciones amigables con el ex presidente. “Él por su puesto se beneficia de la presunción de inocencia. Espero que su defensa demuestre su inocencia”, dijo.
El gobierno socialista del presidente Francois Hollande, que los partidarios de Sarkozy acusan de orquestar un complot en contra del ex presidente, insistió en que el caso será tratado con independencia por parte del tribunal.
“La situación es seria, los hechos son serios”, dijo el primer ministro galo, Manuel Valls. “Lo más importante es que la justicia trabaje en completa independencia y respete la presunción de inocencia”.
El caso contra Sarkozy es que él y su abogado buscaron ayuda de un juez para reunir información sobre varios procedimientos judiciales que involucran a Sarkozy, ligados a acusaciones de financiamiento ilegal de campaña electoral. Supuestamente habrían ofrecido al juez a ganar un valioso puesto en Mónaco a cambio de este favor.
COPY RIGHT FINANCIAL TIMES
© The Financial Times Ltd, 2011.