Se invierten los papeles: Fiat recurre a Chrysler en un momento de necesidad
En enero de 2009, Chrysler recurrió a Fiat en un momento de necesidad. Ahora, el fabricante de automóviles italiano está confiando en su resucitado socio de EEUU para restaurar su propia salud.
Fiat, confinado a una sala cada vez más completa para los fabricantes europeos de automóviles, necesita una transfusión de sangre transatlántica antes de poder salir. ¿Quién mejor para ejecutarlo que Sergio Marchionne, el gerente ítalo-canadiense? Sin embargo, es vital que no deje que el procedimiento sirva de excusa para retrasar la renovación tan esperada de las operaciones italianas de Fiat.
Hace tres años, pocos habrían adivinado el cambio total que tendría la suerte de Chrysler y Fiat. Cuando Fiat tomó una participación inicial del 20% en Chrysler, la compañía de EEUU estaba perdiendo US$1.000 millones al mes y llegando al final de la carretera.
Luego, con la ayuda de la tecnología Fiat transferida de fábricas italianas - y un plan de rescate a tiempo del gobierno de EEUU y Canadá - Chrysler recuperó la tracción. Después de haber pagado sus préstamos, vendió 145 mil vehículos en EEUU el mes pasado, 20% más que en junio de 2011 y su mejor resultado de ventas desde junio de 2007.
Fiat, por el contrario, está en serios problemas tanto en Italia como en Europa. Por supuesto, comparte sus problemas con PSA Peugeot Citroën, Opel y otros fabricantes de automóviles con sede en Europa. Con su viveza característica, Marchionne señala: "Estamos parados el doo-doo. Si es que estamos una pulgada o tres no importa. El olor sigue siendo abrumador".
Pero los problemas de Fiat son especialmente graves debido a su tradicionalmente gran dependencia de Italia como una base manufacturera y de mercado. Gracias a la deuda soberana y la crisis bancaria, lo que ha inclinado la economía italiana hacia una castigadora recesión, las ventas de autos nuevos para todos los fabricantes cayeron un 24% en Italia el mes pasado desde los niveles de junio de 2011. Hay que remontarse hasta el año 1979 para encontrar un colapso en las ventas equivalentes.
Las fábricas de autos italianos de Fiat están operando a un 53% de capacidad, la más baja entre sus operaciones en Europa. Excluyendo Chrysler, la cuota de Fiat Auto en el mercado se ha reducido a casi el 6%ven Europa occidental de casi 13% hace 20 años. En Italia, sus ventas anuales se han reducido a la mitad a alrededor de 550 mil unidades hoy de casi 1 millón en 2000.
Todo esto podría tentar a Fiat hacia la nostalgia de las primeras décadas después de la segunda guerra mundial, cuando sus fábricas de rápida expansión eran el epítome del renacimiento de la creatividad italiana y el dinamismo. Más obvio, en retrospectiva, fue el apoyo gubernamental a gran escala - la construcción de autopistas, los bajos precios del petróleo y la inversión moderada en el transporte público y proteccionismo - que ayudó a Fiat a principios de la década de 1960 a un 70% de la cuota de mercado nacional.
Fiat sigue siendo el empleador del sector privado más grande de Italia, con cinco grandes plantas salpicadas por toda la península. Pero Marchionne cerró Termini Imerese en Sicilia el año pasado y está dando a entender que puede haber otro cierre. La demanda débil de autos nuevos ha llevado a Fiat a colocar hasta una cuarta parte de sus empleados en puestos de trabajo temporales, de los cuales muchos nunca volverán a aparecer en empleos a tiempo completo.
La debilidad estructural de Fiat es su presencia geográfica: la sobreexposición a un mercado europeo deprimido, casi invisible en Asia, y adecuada pero no poderosamente posicionado en América del Sur. Pero hay un as bajo su manga: América del Norte y Chrysler.
Desde 2009, Marchionne ha ido elevando la participación de Fiat en Chrysler al 61,8%, mostrando una determinación paciente para acercarse al premio mayor de 8%. Ese es el momento en que su participación va a ser suficientemente grande para abrir la caja de tesoros de Chrysler y ganar acceso a €8 mil millones en efectivo bruto - al igual que como ebitda (ganancias antes de intereses, impuestos, depreciación y amortización) que el año pasado estuvo casi a €5 mil millones. Para un fabricante de automóviles como Fiat, quemando dinero en Europa, sumas como esas son cosas sólo de sueños.
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© The Financial Times Ltd, 2011.
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