Estados Unidos sumó 162 mil empleos en julio, un lento ritmo de crecimiento que puso una nota de cautela entre los economistas tras una semana de fuertes cifras que sugirieron que la recuperación se preparaba para una aceleración.

Las cifras del mercado laboral confirmaron que la economía estadounidense estaba recuperándose a un ritmo relativamente estable, pero fueron poco inspiradoras luego de una serie de indicadores económicos positivos durante la semana en que se conoció el PIB del segundo trimestre y un mejor índice de manufactura.

Las cifras podrían generar cautela entre los funcionarios de la Reserva Federal, quienes están considerando si desacelerar el ritmo de apoyo para la economía estadounidense en su reunión de política monetaria de septiembre.

La semana pasada, el comité que fija la tasa de interés de la Fed mantuvo el ritmo de compra de bonos mensual en US$85 mil millones. Pero Ben Bernanke, presidente de la Fed, indicó que si la recuperación económica progresa suavemente, parte del retiro de las compras podría comenzar más tarde este año, y terminar a mediados de 2014.

"Todavía creemos que la Fed comenzará el retiro a fin de año", planteó Michelle Meyer, economista de Bank of America Merrill Lynch. "Pero este reporte desafía a la visión de muchos participantes del mercado de la certeza de un anuncio en septiembre".

Las cifras de nóminas laborales estuvieron peor que los 185 mil empleos que predecían los analistas, especialmente dado que se sumaron 26 mil empleos menos en los meses previos en comparación con lo estimado anteriormente.

Pero en una nota más alentadora, la tasa de desempleo cayó desde 7,6% a 7,4%, su menor nivel desde fines de 2008. Esto la acerca al 7% indicado por Bernanke como la clave para empezar a poner fin a las compras del banco central.

Más aún, la caída en la tasa fue provocada por un alza en el desempleo y una caída en los cesantes en vez de un gran éxodo desde la fuerza laboral. El dólar, los rendimientos de los bonos y las acciones cedieron desde sus peaks anteriores tras el informe de empleo.

Una de las mayores nubes en el horizonte económico de EEUU es la posibilidad de que el país pueda enfrentar un cierre del gobierno o incluso un default sobre su deuda entre octubre y diciembre si el congreso no logra estrechar sus diferencias.

El presidente Barack Obama intentó romper esta parálisis la semana pasada al proponer vincular su plan de reforma tributaria a un nuevo estímulo basado en gasto en infraestructura para la economía, pero muchos republicanos rehúyen.

© The Financial Times Ltd. 2011