Sherrod Brown ha estado sintiéndose optimista. El senador de áspera voz de Ohio está tratando de ingresar una ley en el Congreso que pondría el término al problema del “too big to fail”.
En efecto, esto forzaría la ruptura de los seis mayores bancos por activos de EEUU: JPMorgan Chase, Bank of America, Citigroup, Wells Fargo, Goldman Sachs y Morgan Stanley.
Brown ha intentado esto antes y ha fracasado. En la primavera de 2010, con mayoría de demócratas tanto en la Cámara de Representantes como en el Senado, el recuerdo del despreciable rescate bancario todavía fresco en la memoria de los votantes había impulsado el odio hacia Wall Street a niveles records, él trató de pasar la propuesta, fallando en el senado por una votación de 61 contra 33.
Desde entonces, el balance sólo se ha inclinado a favor de los bancos. El recuerdo de los rescates ha desaparecido, los republicanos controlan la Cámara y algunos demócratas en el Senado han empezado a presionar a los legisladores a alivianar las reglas financieras que el Congreso instauró hace dos años.
Pero Brown todavía siente que su idea, reestructurar obligatoriamente a los mayores bancos, tendrá más posibilidades en esta oportunidad.
“Ahora hay más apoyo que en 2010”, indicó Brown a Financial Times. “Yo estoy confiado en que nosotros veremos al gobierno requerir una cierta desinversión de los bancos”.
La izquierda que apoya a Brown es uno entre un creciente número de legisladores, autoridades y ejecutivos del sector privado los que están llamando por revisar a los mayores bancos.
Quizás algo sorprendente en un EEUU muy dividido, es que el apoyo para terminar con los “too big to fail” ha ganado adherentes tanto en la derecha como en la izquierda. Y el tema ha sumado más oxígeno desde que JPMorgan reveló una pérdida comercial de US$2.000 millones este mes.
Richard Fisher, presidente de la Reserva Federal del Banco de Dallas, ha sugerido un límite de US$100.000 millones en activos. Como algunos de sus colegas, él está nervioso por el hecho de que la mayor parte de los grandes bancos de EEUU se han tornado más grandes luego de la crisis financiera.
“Perversamente, estos bancos son ahora incluso más grandes. Son más too big to fail que antes, señaló Fisher a principios de este año.
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