No hay cosa más personal que vestir a alguien y Sergio Arias lo sabe. De profesión relacionador público, ejerció por más de seis años en esa área hasta que un día, Christian Dior -una de las casas de modas más prestigiosas del mundo- tocó a su puerta. La explicación tenía que ver con su manejo de situaciones, candidez y, por supuesto, gusto. Su paso por Dior determinó el rumbo que tomaría la vida de Arias, que posteriormente formaría Monferrato -el proyecto de sastrería a medida de Falabella- y Ziano Montello. Sin embargo, después da el salto a Arias Atelier, donde por estos días ya está pensando en su colección 2018.

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¿Por qué decide convertir su nombre en una marca?

-Mis clientes me siguieron a través de los distintos proyectos que encabecé, decían: "Sergio date cuenta de que eres tú el pilar". Así, al final del día tenía la certeza de que ellos querían ser vestidos por Sergio Arias, y en los últimos años ese ha sido el foco de mi trabajo, donde busco dar una atención personalizada, privada y exclusiva.

¿En qué radica su éxito?

-Creo que siempre hay una forma para verse mejor y mi éxito es netamente por eso. Me preocupo de que la persona que visto se vea espectacular para el momento que sea: una reunión, su matrimonio, política o el Festival de Viña. O sea, visto desde el hombre más mediático hasta un señor que quiere un diseño para trabajar en su oficina. El objetivo es el mismo: que el tipo se vea espectacular.

El error del disfraz

¿En qué se fija al asesorar a alguien?

-Soy un poco psicólogo. Los recibo en mi atelier, nos tomamos un café, así me hago una película de quiénes son, qué hacen los fines de semana, en qué mundo se mueven. Con esa información, puedo recomendar el estilo que me gustaría para esa persona. Nunca lo impongo. Creo que no hay nada peor que sentir que uno se disfraza o vestirse de una persona que no es.

¿Cree que los chilenos han evolucionado respecto a estilo?

-El hombre ha cambiado demasiado en los últimos diez años. Hay varios factores que lo explican: Chile se abrió al mundo a través de internet y de la facilidad que hay para viajar. Ir a Nueva York o Europa ya no es algo tan alejado. Un ejecutivo está hoy en Santiago, mañana en Londres y dos días más tarde le toca ir a China. Entonces claro, en Chile tal vez podamos manejarnos con la zapatilla y el pantalón. Pero afuera, no. El cómo te vistes, es como la gente te ve. Eso es así. Lo mismo ocurre como un político o un novio. Ahora, el hombre quiere algo distinto, hay una búsqueda.

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Cuando se habla de buen vestir (en el segmento masculino), surge Atilio Andreoli y Sergio Arias como sinónimo. Sin embargo, Atilio cerró su taller señalando que no encontró cómo seguir con un legado. ¿El negocio vive un momento complejo?

-A pesar de que el mercado, principalmente, se dividía entre ambos, con Atilio hemos sido amigos durante muchísimos años. El negocio hoy está bien, pero hay una divergencia clara en el enfoque de cómo manejarlo. Él siempre ha tenido una mirada más romántica del atelier. Yo, tengo claro que este es un negocio y que hay que ir innovando en los procesos si queremos que siga como tal.

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Se acercan las elecciones, ¿qué evaluación hace de los candidatos?

-No quiero hablar con nombre y apellido pero, en general, los políticos en Chile se visten pésimo. A pesar de la cantidad de asesores con los que cuentan, los políticos en Chile aún no se dan cuenta que vestirse bien es proyectar confianza. La ropa comunica y cuando tú ves a un candidato o candidata en que se aprecia una falta de preocupación, eso habla mal de él. De hecho, una vez estuve frente a Sebastián Piñera, que es la encarnación de los errores que cometen los chilenos al vestir y le dije: "No por verse bien tiene que sentirse incómodo". Pero bueno, que tome el consejo es otro tema...

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¿Quién es un buen ejemplo?

-Emmanuel Macron, sin duda. A él se le criticó que parecía usar uniforme. Cuando hizo campaña siempre se le vio de traje azul y camisa. Pero el punto clave es que siempre estaba impecable. Acá no podemos decir lo mismo.

Consejos: cómo armar el clóset:imprescindibles masculinos

-Todo hombre debe tener un traje azul o negro impecable. Eso de usar traje del tío, abuelito, primo, no. Si les queda mal, jamás se sentirán cómodos ni querrán usar traje. Además, de zapatos negros o café.

Errores habituales

-No ubicarse con la edad que tienen. Un hombre mayor no puede andar con jeans rasgados, pero eso no significa que nunca se va a sacar el traje. En el equilibrio está la clave, puede andar sport, pero siempre bien vestido, hablamos de un estilo sport-elegante, para ello en Arias tenemos la línea prêt-à-porter.

A la hora de comprar un pantalón por favor, fijarse en el largo de tiro y del pantalón, ya que suelen usarlo muy largo y les queda mal.

¿Qué tan determinante puede ser el vestuario a la hora de conocer a una persona?

-Como te ven, te tratan. Nunca hay que ir sobrevestido. Siempre sobrio, elegante. Un ejemplo clásico son las entrevistas de trabajo. Tú no puedes ir más elegante que tu interlocutor, porque él se puede sentir amenazado.

¿Moda para todos?

-En ningún caso. No todo le queda bien a todos. La idea es siempre tratar de sacar lo mejor y eso sólo se logra observando, dándose cuenta de las características que tiene el cuerpo de cada uno.

¿Cómo viene la temporada primavera-verano?

-A pesar de que a los chilenos nos cuesta ponernos colores claros, sobre todo en la parte de abajo, estarán muy presentes esta temporada. El blanco llegará en instancias casuales con zapatillas, además de la incorporación de la naturaleza a través de diferentes texturas.