La petrolera Royal Dutch Shell  selló el viernes la adquisición de su rival británica BG Group por US$53.000 millones para formar la mayor compañía mundial de gas natural licuado, pese a que los deteriorados precios del crudo ensombrecen los próximos años de transición.

El éxito u otras consecuencias de la fusión definirán el legado del presidente ejecutivo de Shell, Ben van Beurden, que busca transformar a la empresa en un grupo más especializado, centrado en el creciente mercado del GNL y la producción de petróleo en aguas profundas.

"Seremos ahora capaces de formar una compañía más simple, dedicada y competitiva, centrando nuestra experiencia fundamental en aguas profundas y GNL", dijo Van Beurden en un comunicado. En el 2014, Shell adquirió los negocios de GNL de la española Repsol.

Los accionistas de BG mayoritariamente optaron por recibir participación accionaria en lugar de efectivo bajo el acuerdo. BG se convierte en subsidiaria de Shell y será dirigida por el holandés Huibert Vigeveno, quien encabezó el equipo que planificó la integración y supervisará su implementación.

Shell ha dicho que eliminará miles de empleos en el grupo combinado y venderá 30.000 millones de activos en los próximos tres años para financiar la compra, recomprar acciones y respaldar dividendos, los que se ha comprometido a seguir incrementando.