Hace algunos meses atrás, el ministro Nicolás Eyzaguirre atribuía el paupérrimo crecimiento económico de este Gobierno a los vaivenes de la economía internacional. Sin embargo, hace sólo unos días, con las cifras del Imacec de noviembre en mano, atribuyó las favorables perspectivas económicas a lo "sembrado" por este Gobierno.

Lo cierto es ni lo uno ni lo otro. Lo que el ministro omite es que nuestro país ha experimentado durante los últimos meses un positivo "shock de confianza" y se debe justamente al cambio del ciclo político. Es así como los índices de confianza de consumidores de Adimark, el índice de confianza Icare, la Encuesta de Expectativas Económicas del Banco Central y las percepciones de progreso de la última encuesta Cadem han experimentado mejoras muy significativas durante los últimos meses.

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El siguiente paso es que este "shock de confianza" se traduzca en un "shock de inversiones". Recuperar la capacidad de crecimiento y de generar más y mejores puestos de trabajo se jugará en la posibilidad de que se materialicen nuevos proyectos de inversión. Muchos de ellos, por cerca de US$50.000 millones, dependen principalmente de agilizar sus procesos de aprobaciones. Esto no significa una mano blanda para aprobar proyectos, sino más bien lo contrario, pero asegurando una mejor coordinación entre las distintas reparticiones estatales y perfeccionando la regulación vigente, para otorgar más certezas a los procesos cuando corresponda.

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Este esfuerzo también demanda del sector empresarial un mejor trabajo en la presentación de los proyectos de inversión. Porque ocurre, más frecuentemente de lo que quisiéramos, que la falta de rigurosidad de las presentaciones de los proyectos genera el rechazo de las instancias respectivas, retrasando el inicio de las inversiones.

En momentos en que el país lo requiere con urgencia, avancemos a tranco firme en lo que nos une y gastemos menos tiempo en aquello que nos divide. Porque si este "shock de confianza" no se traduce en un "shock de inversiones", difícilmente podremos recuperar la senda del progreso, generar más y mejores empleos, y al mismo tiempo contar con mayores recursos fiscales para financiar programas sociales para los sectores más vulnerables y nuestra clase media.

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*El autor es ingeniero comercial, MBA Universidad de Chicago y ex gerente corporativo de Corfo (@acevedoinfante).