Sólo uno de cada 10 autos con orden de incautación por mora se recupera

“Vengo a buscar ese auto por no pago de las cuotas del crédito”. Esta era, hace unos años, la frase habitual con la que un receptor judicial, acompañado de un carabinero, se presentaba en la casa de un deudor para requisar el vehículo por morosidad con una entidad financiera. En la mayoría de las veces, el moroso era sorprendido y el auto era retirado de su domicilio.
Sin embargo, la situación hoy por hoy es muy distinta: el nuevo procedimiento establece que primero se notifica de la demanda al deudor moroso y luego se incauta el auto. ¿Resultado? Cuando se intenta retirar el vehículo este ya no está. La notificación de la demanda ya alertó a quien no cumplió una obligación a su vencimiento, quien se lleva el auto del domicilio declarado, lo que hace casi imposible su incautación.
Actualmente, del total de vehículos nuevos que se venden en el país, alrededor del 65% es financiado a través de distintos tipos de créditos y, de ese porcentaje, alrededor de la mitad es otorgado por entidades financieras especializadas en el rubro automotriz, como Tanner, Forum, GMAC, Crediautos (ligado a Bice) y Masfin, entre otros. El crédito más solicitado es el convencional, con cuota fija entre 12 y 60 meses, y en el que la deuda promedio va entre los $4.800.000 a los $6 millones.
Con el nuevo esquema legal en la forma de incautación de automóviles de deudores morosos, las empresas acusan que la recuperación de este tipo de vehículos ha bajado de manera importante.
“Antes, al realizar la demanda se pedía al mismo tiempo la notificación y autorización para incautar el vehículo de inmediato. Ahora se tiene que hacer la demanda, notificar al deudor y luego de eso pedir en segundo trámite un oficio que permita la incautación. Debido a esto, la posibilidad de recuperación del vehículo ha bajado hasta 50% producto de la misma notificación, que pone en alerta al deudor y así esconde el vehículo”, afirma Carlos Riffo, subgerente de cobranza de Tanner.
Patricio D’ Ardaillon, gerente comercial de Masfin, complementa: “El procedimiento hoy día es un poco más largo y engorroso de lo que era antiguamente. Primero, porque la normativa del consumidor impone seguir cierto orden y secuencia en la recuperación de los dineros. De los 30 juzgados civiles que hay en Santiago, la mayoría está operando por proceder de acuerdo a un caudal que contiene dos pasos y que no contempla la incautación inmediata. Por lo tanto, el trámite judicial se hace bastante largo y demora teóricamente el doble”.
En efecto, hasta antes del cambio en los procedimientos, la incautación demoraba entre cuatro y cinco meses, pero actualmente las financieras automotrices deben esperar en promedio un año. D’ Ardaillon, afirma: “La velocidad de recuperación media está demasiado baja. Hay un problema práctico de por medio, que es la ubicabilidad de los deudores, ya que hay un segmento muy importante de clientes que simplemente no se encuentra. Este es un problema transversal que ha afectado a toda la industria desde que se implementó el cambio en la metodología en el trabajo de los juzgados”.
Carlos Riffo, de Tanner, es categórico: “La justicia hizo el cambio con un afán de que algunos no se aprovecharan de esta situación, sin embargo, ha traído otras complejidades. Así, del universo de vehículos que se va a cobranza judicial se recupera sólo el 10%”. Esto se traduce, de acuerdo con los registros de Tanner, que de los tres mil vehículos con orden de incautación, 2.700 nunca se encuentran.
AUTOS EN MAL ESTADO
"De los créditos que otorgamos, el 2,5% termina en una demanda. Hemos identificado que existen varios tipos de deudores: primero está el que de muy buena forma trata de crecer y comprar su vehículo y que por algún problema entró en cesación de pago. Luego está el deudor que a conciencia te defrauda. Trata de montar alguna artimaña en la cual logra convencer al comité que le otorgue el crédito y nunca más lo ves", categoriza Riffo. Esta distinción es fundamental en los pocos casos que las entidades financieras logran dar con el auto, ya que es muy probable que el primer grupo de deudores devuelva el auto en buenas condiciones, sin embargo, para el segundo grupo las expectativas de que el auto venta en buen estado son menores.
Monserrat Forteza, gerente comercial de Bice Crediautos, comenta: “Siempre la recuperación del auto es un mecanismo complejo y es nuestra última opción. Tratamos de agotar todos los otros mecanismos. Es una de las razones de porqué tenemos sólo un 0,06% de autos en proceso judicial. Lamentablemente, un porcentaje no menor de lo que se incauta viene en un estado no deseado y normalmente uno al venderlo alcanza a recuperar sólo el capital adeudado. Como no financiamos autos antiguos, la parte mecánica no es el problema, sino que hay muchos de ellos que vienen chocados o con uso descuidado a la vista”.
Desde Masfin hacen hincapié en que la forma de prevenir este tipo de situaciones se puede hacer a través de una cobranza prejudicial.
“Este tipo de trámite, que se ha vuelto cada vez más habitual, se puede evitar si se aplica una cobranza prejudicial activa, dinámica, respetando los tiempos, con mucho trabajo en terreno, con el objetivo de que la parte prejudicial no te permita llegar al punto de la incautación”, dice Patricio D’ Ardaillon.
EFECTOS EN LOS RESULTADOS
Si las entidades financieras no lograr recuperar el activo, esa operación pasa inmediatamente a cartera castigada y al acumularse se reflejada en los estados financieros. Riffo explica: "Es muy frecuente que lo que está en cobranza judicial se castiga. Todo lo que es la gran gama de vehículos que está en cobranza judicial está en los estados financieros como deuda castigada. Cada recuperación pasa directamente al estado de resultado, por lo tanto, si yo retraso eso mi estado se ve afectado directamente".
Otro de los elementos que se relaciona directamente con la deuda de un cliente es la tasa de interés que se aplica.
Forteza comenta que “el nivel de riesgo de cada cliente influye directamente en la tasa de interés. Por eso es que nosotros tenemos tasas que van a depender de los distintos segmentos de clientes que se les vendas”.
A lo que Cristián Ruiz-Tagle, gerente de negocios división automotriz de Tanner agrega: “Si la industria presenta altos indicadores de riesgo y de mora, afecta directamente en el precio. Es un indicador que está totalmente ligado. Sin embargo, no vemos que en mediano plazo esto vaya a tener un cambio muy profundo. Estimamos que la tasa de interés se va a mover en orden del 1,8% ó 1,9% mensual”.
Pese a este escenario -y la señal que mandan las empresas de que el nuevo procedimiento que han adoptado los tribunales de justicia a retrasados sus maneras de actuar frente a un cliente en mora- La industria sigue dando buenos síntomas. El 2012 fue un año récord en ventas, con 340 mil unidades nuevas de vehículos. Y para este año las proyecciones apuntan en la misma línea, con un crecimiento esperado en el crédito automotriz del orden de un 20%. Ruiz-Tagle, de Tanner, indica: “Vamos a seguir luchando por mantener esa tasa. Cada día la industria está mas competitiva y entran nuevos actores, pero creemos que se puede mantener los $70.000 millones mensuales que recibe la industria a través de especialistas”.
Debes saber
¿Qué ha pasado?
A raíz de un cambio en el proceso judicial en el país, las empresas financieras han bajado la velocidad media de incautación de un vehículo que registra una deuda impaga.
¿Por qué ha pasado?
Hoy se debe notificar antes al deudor de que su vehículo será incautado, lo que ha llevado a que muchas personas escondan el auto, lo que ha complejizado el proceso para las financieras del rubro.
¿Qué consecuencias tiene?
Hoy cerca de un 10% de los autos que tienen orden de incautación se recuperados, además, la demora en el proceso casi se ha duplicado.
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