Para nadie han pasado indiferentes los últimos 2 registros de inflación. Primero fue el IPC de septiembre que registró un histórico -0,2% y posteriormente el IPC de octubre nos sorprendió con un +0,6%. En ambas ocasiones, los datos sorprendieron a economistas y agentes del mercado, generando fuertes ajustes en las tasas de interés, los cuales se corrigieron en los días posteriores.

Tras la publicación del IPC de septiembre la tasa de los bonos del Banco Central en UF a 5 años subió 29 puntos bases. Solo 2 semanas más tarde, la tasa de interés de los mismos instrumentos había retrocedido 38 puntos base, es decir, se situó más abajo del nivel anterior. Con el registro de inflación de octubre la situación no fue diferente. La primera reacción fue una caída de las tasas a 5 años de 0,11%, situación que fue revertida en los días posteriores.

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Ante esto, es importante preguntarnos si tiene sentido que un instrumento de deuda que tiene un plazo de 5 años sufra cambios abruptos de precios en períodos acotados de tiempo ante sorpresas inflacionarias de un mes. De acuerdo a los estudios económicos estadísticos publicados por el Banco Central (Olea, 2014), el ajuste de tasas para los instrumentos en UF 5 años ante sorpresas de inflación de 0,1% debería ser de un 1,23 puntos base. Es decir, el ajuste de tasas ante las sorpresas inflacionarias de septiembre y octubre no debió superar los 6 puntos bases.

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Entonces, ¿Cómo podemos explicar el alza de 29 puntos bases? A nuestro entender, esto es una sobre reacción de mercado que se produce por una mirada de corto plazo que pondera en forma excesiva los devengos para los próximos 30 días. Por esto, a la hora de invertir consideramos que es necesario tener una mirada de mediano/largo plazo que adicionalmente considere perspectivas económicas y los niveles de precios y tasas tanto absolutos como relativos.

Es por esto, que hoy estamos prefiriendo para las inversiones en renta fija nacional instrumentos denominados en pesos y con duraciones promedio en torno a los 3 años. Lo anterior, al considerar los actuales niveles de precios, las bajas expectativas de inflación para los próximos 4 meses, que la Tasa de Política Monetaria no debiera tener variaciones en los próximos 12 meses, que de haber una sorpresa sería aún más favorable para las inversiones en instrumentos en pesos.

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*El autor es gerente de inversiones de BICE Inversiones.