Durante este comienzo de año hemos observado una importante caída de los niveles de spread corporativos para cada una de las clasificaciones de riesgo. Es así como para las AAA-AA tocamos mínimos de cerca de 45-50 puntos básicos, y durante las últimas semanas hemos observado que las colocaciones de bonos corporativos en el mercado local han sido adjudicadas a niveles históricamente bajos, donde incluso las categorías BBB han bajado casi 250 pb desde dos años atrás. Al observar el spread promedio por clasificación, notamos que la diferencia entre las distintas ponderaciones de riesgo también se ha reducido de manera importante, levantando la duda respecto de si el riesgo corporativo se encuentra en sus niveles justos (ver gráfico).

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Las razones que se pueden argumentar para este fenómeno son: un muy magro crecimiento económico durante los últimos años, que repercutió en la necesidad de contar con tasas de interés muy bajas; una contracción de la inversión que no ha hecho necesario contar con un mayor número de emisiones corporativas para financiar proyectos, lo que ha impactado en una menor cantidad de instrumentos disponibles, y un fuerte traspaso de afiliados del sistema previsional desde los fondos más riesgosos (A+B) hacia aquellos más defensivos (D+E).

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Comenzando a analizar cada uno de los factores anteriores, vemos que para adelante todos apuntan hacia mayores niveles de spread: el crecimiento esperado para los próximos dos años debería promediar un 3,5% (vs un 1,4% de los últimos dos años), la inversión debería promediar un 4,7% real (últimos dos años tuvimos una destrucción acumulada de 1,8%), el número de empresas colocando bonos ha aumentado sobre el 70% hasta abril respecto al mismo período del año anterior y, por último, hemos observado recientemente un traspaso de afiliados hacia los fondos más riesgosos.

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¿Qué es lo aconsejable? Creemos que los bajos niveles de spread corporativo deberían devolverse, quizás no a los niveles de los últimos años, pero al menos un par de décimas por sobre los niveles actuales. Por el momento, estamos recomendando invertir en instrumentos corporativos con duraciones cercana a los dos años, dado que en esa parte existen niveles de spreads un poco más altos (y la menor duración genera menor sensibilidad a movimientos de tasa) con el fin de estar resguardados frente a estos movimientos esperados al alza del spread corporativo.

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*El autor es portfolio manager de Inversiones de Banco Santander.