Starbucks lanzó una ofensiva en EEUU para proteger y ampliar los recortes de impuestos a las utilidades en el exterior, apenas meses después de que su estructura tributaria provocara una reacción política y una crisis de relaciones públicas en Gran Bretaña.

En una carta a la Cámara de Representantes, que está evaluando una amplia reforma del sistema de impuesto de EEUU, la cadena de cafeterías dijo que su tasa de impuesto global supera el 32%.

Starbucks es sólo una de la docena de grandes empresas estadounidenses que han presentado sus reclamos individuales ante el Congreso.

Starbucks dijo también, que estaba dispuesto a considerar renunciar a algunos beneficios fiscales de EEUU, incluyendo una deducción de la fabricación nacional y la depreciación acelerada para las inversiones empresariales, siempre que los ingresos puedan ser utilizados para reducir la tasa de impuestos corporativos de Estados Unidos, que es de 35%.

Además, la cadena de café argumentó que el Congreso debe continuar con el aplazamiento del impuesto a las ventas extranjeras de granos.

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