“Se ha establecido que no es posible concluir que al producirse una fusión como la pretendida por los reclamantes, en la que efectivamente se produce una mayor concentración del mercado de los combustibles, ella deba ser calificada como una operación contraria a la libre competencia en forma anticipada”. Este es un extracto de una sentencia de la Corte Suprema, que en un fallo unánime, acogió los recursos presentados por Quiñenco y Terpel en contra de la sentencia del Tribunal de Defensa de la Libre Competencia (TDLC), que había rechazado la adquisición por parte del grupo liderado por la familia Luksic de los activos de la distribuidora que aún pertenece a Copec.
Los ministros de la Tercera Sala del máximo tribunal -Héctor Carreño, Pedro Pierry, María Eugenia Sandoval, Juan Escobar (suplente) y Alfredo Pfeiffer (suplente)- revocaron la decisión del TLDC, y en su lugar dispusieron acceder a la fusión.
“Luego de analizar los factores de riesgo de la operación consultada, así como las posibles eficiencias que generaría la fusión entre dos empresas del mercado de los combustibles, es posible a juicio de esta corte determinar -en esta etapa preliminar- que no existen fundamentos concretos que permitan arribar a la convicción de que la operación consultada tendrá efectos negativos o perniciosos para la libre competencia. Tal conclusión lleva a estos sentenciadores a efectuar un pronunciamiento contrario al sostenido en la sentencia reclamada, ello porque del análisis de cada uno de los factores que se desarrollaron en los razonamientos que anteceden se estima que la prohibición de la operación no es proporcional al eventual riesgo que se trata de evitar”, dice el fallo. Agrega que Terpel no puede ser catalogado como un rival relevante del mercado ni tampoco lo es Enex ni Petrobras, sino que la única con una importancia significativa es Copec. “No es factible para las empresas que pretenden fusionarse adquirir una relevancia que signifique acercarse siquiera al 50% de Copec”, señala.
La Suprema ordenó la venta de estaciones de servicio en todas las comunas en que operan Enex (Shell) y Terpel y en las que, producto de la fusión la variación del índice de concentración supera los umbrales establecidos en la Guía sobre Operaciones de Concentración elaborada por la Fiscalía Económica. Esto se debe realizar en los próximos seis meses. Además, deben finiquitarse en el mismo plazo todos los contratos de arrendamiento y capacidad de almacenamiento.
Terpel Chile fue adquirida por Copec como parte del paquete de operaciones de la colombiana en América Latina. Sin embargo, se obligó a venderlas pues Copec ya posee cerca de dos tercios del mercado. La cadena fue adquirida por Enex, sucesora de Shell y ligada al grupo Luksic, por US$320 millones en 2011.