Las grietas sobre el acuerdo de libre comercio entre Estados Unidos y la Unión Europea comenzaron a tomar forma ayer luego que el Parlamento Europeo respaldara las demandas por excluir una tarifa cultural de un pacto a medida que los agricultores estadounidenses calificaran los estándares de seguridad europeos como proteccionistas.
Las posiciones contrastantes fueron un recordatorio de los desencuentros que los negociadores tendrán que superar si quieren cumplir con un acuerdo que ha recibido el apoyo político a los niveles más elevados en ambos lados del Atlántico.
Los dos esperan empezar las negociaciones en julio para llegar a un acuerdo del cual se espera un impulso al crecimiento económico y que servirá de referencia técnica y legal para futuros acuerdos comerciales.
Miembros del Parlamento Europeo -que tienen el poder para bloquear acuerdos comerciales- respaldaron ayer una resolución que apoya un acuerdo "profundo y completo".
En una señal preocupante para aquellos que buscan un acuerdo ambicioso, también aprobaron una enmienda separada aprobando la llamada "excepción cultural" que Francia ha exigido.
Francia ha pedido que el sistema de subsidios y cuotas que usa para apoyar sus industrias de cine y música -y para protegerlas de Hollywood- estén exentas de cualquier negociación sobre un acuerdo EEUU-UE.
El tema se convirtió en uno de los puntos más conflictivos entre el gobierno galo y la industria de Hollywood durante la ronda de Uruguay de negociaciones comerciales a mediados de los '90. Francia prevaleció finalmente, argumentando que tales medidas eran una forma legítima de proteger la diversidad cultural y lingüística.
Karel de Gucht, comisionado de comercio de la UE, ha buscado de manera repetida asegurar a los franceses que la excepción cultural no se verá afectada por un acuerdo comercial, y también argumentó que los estados miembro no debieran excluir de manera anticipada al sector audiovisual de su negociación.
De Gucht teme que hacerlo abriría una puerta para que Washington remueva sus industrias favoritas, limitando el alcance de un acuerdo antes que las discusiones siquiera empiecen.
La enmienda en cuestión se aprobó por un margen de 383 contra 191, con 17 abstenciones, y atrajo particular apoyo de los parlamentarios franceses e italianos.
La votación probablemente incomodará a Washington, donde los funcionarios han mostrado preocupaciones desde el comienzo, de que los europeos podrían no hacer las concesiones difíciles pero necesarias para lograr un acuerdo.
Incluso antes de la votación, el lobby de los grupos agrícolas de Estados Unidos ya mostraba sus preocupaciones. Están particularmente molestos con la parte de la resolución de la UE adoptada ayer que buscaba proteger el principio precautorio que subyace las prohibiciones de la UE de cosas como los granos genéticamente modificados en EEUU y la carne con hormonas.