Una inédita situación afecta al Tribunal Constitucional (TC) desde mayo de 2016. En esa fecha, los ministros suplentes Alan Bronfman y Christian Suárez cesaron en sus cargos y desde ahí la instancia ha funcionado sin los dos funcionarios que cumplen la labor de reemplazar a cualquiera de los diez magistrados titulares que falten, cuando no existe quórum para sesionar, ya sea en el pleno o en las dos salas que tiene el organismo.
De acuerdo a la Ley Orgánica Constitucional (LOC) que regula la estructura y funcionamiento del TC, en enero de 2016 los nombres de los dos abogados debían estar propuestos por el Ejecutivo y aprobados en votación por 2/3 del Senado, de una nómina de siete nombres que propone el TC.
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En un primer intento, el 15 de marzo de 2016 la Presidenta Michelle Bachelet envió un oficio a la Cámara Alta en el que proponía la renovación por un nuevo período de tres años como magistrados suplentes a Christian Suárez y Alan Bronfman. Ambos ocuparon ese cargo hasta el 13 de mayo de 2016, cuando cumplieron su período legal.
No obstante, un día después de presentada la propuesta, La Moneda retiró del Senado el oficio porque los nombres no generaban consenso entre los congresistas.
Un año después la Secretaría General de la Presidencia (Segpres) retomó el tema e insistió en el Congreso con un nuevo oficio, donde se mantuvo el nombre anterior de Suárez, pero se reemplazó el de Bronfman por Rodrigo Delaveau. Los nombres escogidos por el Ejecutivo surgieron de acuerdo a una terna enviada por el Tribunal Constitucional en 2015.
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Sin embargo, desde el mismo día de la presentación de la propuesta la discusión no ha registrado movimientos en la Comisión de Constitución del Senado.
Fuentes parlamentarias afirmaron que la Segpres no avanzó en la aprobación de los nombres, luego de recibir señales que indicaban que la dupla presentada no lograría el alto quórum que se requiere para ratificar la designación presidencial.
Otras fuentes precisan que el congelamiento del tema tiene que ver con la pugna que se dio al interior de la Nueva Mayoría, entre la DC y el eje PS-PPD para aprobar el cupo del sector que recayó en Suárez. El abogado, que sería de una sensibilidad cercana a la falange, no contaría con el apoyo del sector socialista, que apostaba por colocar a uno de sus filas.
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Las gestiones del TC
Miembros del órgano jurisdiccional que hoy preside Iván Aróstica -cercano a Chile Vamos- recuerdan que en mayo de 2016 se realizó una primera gestión con el entonces ministro secretario general de la Presidencia (Segpres), Nicolás Eyzaguirre, en el marco de una visita que realizó al Tribunal. Esa vez, Eyzaguirre dio señales de que el nombramiento de los ministros suplentes se resolvería a la brevedad.
El año pasado, en las rondas de conversaciones protocolares, el recién electo presidente del Tribunal Aróstica planteó tanto a la Presidenta Bachelet y como al titular del Senado, Andrés Zaldívar, la necesidad de apurar los nombramientos. No obstante, las designaciones se siguieron dilatando y algunos integrantes del TC creen que el retraso se explica como "una pasada de cuentas" del Gobierno a la institución por los fallos contra la Reforma Laboral, el ajuste a la ley de aborto en tres causales y la eliminación de facultades al nuevo Sernac.
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Desde una parte del TC indicaron que hasta ahora en el organismo no ha sido necesaria la integración con ministros suplentes; sin embargo, advierten que en casos de eventuales licencias médicas o comisiones de servicio en el extranjero de ministros, se vería complicado el funcionamiento del pleno o las salas ante la vacancia de los dos cargos de abogado integrante.
Otros personeros ligados al organismo, en tanto, creen que la ausencia de los suplentes ya se notó en la revisión del Sernac, cuando el ministro titular Domingo Hernández, cercano al oficialismo, por estar en comisión de viaje no pudo ser reemplazado, inclinándose la integración hacia una mayoría de oposición.