La primera ministra tailandesa y los funcionarios senior de su gabinete fueron expulsados por tribunales en un veredicto que amenaza con hundir al país, que representa un centro económico del Sudeste asiático en una crisis incluso mayor.
Los “poleras rojas” leales al gobierno habían advertido que se levantarían contra cualquier “golpe judicial” lanzado por los tribunales contra el gobierno elegido de Yingluck Shinawatra, que ocurrió seis meses después de las protestas callejeras de la oposición.
Yingluck es la tercera premier en ser derrocada por tribunales en una lucha de poder de ocho años entre la elite tradicional del país y los votantes tailandeses, quienes han entregado una serie de mayorías electorales a partidos aliados a su hermano, Thaksin Shinawatra.
La crisis y su devastador impacto en la toma de decisiones del gobierno están pesando sobre la economía de un país que tiene ambiciones de estar en el corazón del mercado único de más de 500 millones de personas planeados por el grupo Asean de 10 miembros en las naciones del Sudeste asiático.
Analistas dijeron que el veredicto prolongaría una crisis que está reteniendo miles de millones de dólares de decisiones de inversiones extranjeras, estrangulando el consumo, y que podría llevar al país a una recesión durante este trimestre.
“Todo está estancado en este momento”, dijo Pipat Luengnaruemitchai, director gerente de Phatra Securities, un banco de inversión basado en Bangkok. “Esperamos no tener un gobierno en funcionamiento durante la mayor parte de este año”.
El gobierno nombró a Niwatthamrong Boonsongpaisan, vice primer ministro y ministro de comercio, como reemplazo de Yingluck, en una medida que probablemente no complacerá a la oposición.
Niwatthamrong es visto como un cercano a Thanksin y fue director de Shin Corp, el imperio de telecomunicaciones y medios del cual era dueño el ex primer ministro.
Niwatthamrong es también un arquitecto del esquema de subsidio al arroz que le costó al gobierno de Yingluck miles de millones de dólares y que es uno de los principales focos de la furia de los manifestantes.
El Tribunal Constitucional decretó que Yingluck era culpable de abuso de poder por orquestar la remoción de Thawil Pliensri como asesor nacional de seguridad en 2011, supuestamente para permitirle promover al hermano de la ex esposa de Thaksin al puesto de jefe de la policía. La corte expulsó a Yingluck de su cargo, junto con nueve otros ministros quienes eran miembros del gabinete en el momento de la salida de Thawil. Sin embargo, no ordenó la remoción del gobierno, que algunos activistas de la oposición habían esperado.
“El peor temor del gobierno no se materializó”, dijo Panitan Wattanayagorn, académico y ex vocero del gobierno anterior liderado por la oposición demócrata. “Pero por otro lado, no hay una solución excepto que la crisis continuará”, agregó.
El dictamen sienta las bases para posibles confrontaciones en las masivas protestas tanto de los poleras rojas como de los partidarios de la oposición, conocidos como “poleras amarillas”, aunque los líderes de los poleras rojas se comprometieron ayer a evitar la violencia. Si bien la pelea se enfocó en Thaksin y su influencia en la política tailandesa, refleja una lucha más profunda entre la elite urbana y los tailandeses rurales, debido a las políticas de Thaksin como los subsidios agrícolas y la salud barata.
En una señal de los esfuerzos del gobierno por enfriar la situación y adelantar las elecciones (que eran el 20 de julio), Niwatthamrong llamó a la calma, mientras Yingluck dio un discurso de bajo perfil negando mala intención y expresando tristeza por dejar el cargo.
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