Tomás Hirsch es uno de los tres diputados que obtuvo el Partido Humanista en la última elección. Con ellos, la colectividad retorna al Congreso después de 26 años, luego de que la diputada Laura Rodríguez muriera en el cargo en 1992. Ayer, el ex candidato presidencial inició una gira por Europa para reunirse con sectores de centroizquierda, como Pablo Iglesias e Íñigo Errejón del Podemos español, y antes de partir concedió esta entrevista, en la que analiza el rol del Frente Amplio y critica al recién designado gabinete de Sebastián Piñera.
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El FA decidió no disputar la presidencia de la Cámara. ¿Está de acuerdo con eso?
-Totalmente, fui uno de los que plantearon que la prioridad es presentar proyectos que muestren un camino alternativo y para eso es importante estar en las comisiones y sus presidencias. Pero no creemos que el Congreso sea la institución más validada y pelear por quién preside la Cámara, no es prioridad.
¿Qué desafíos tiene el FA para estos cuatro años?
-El FA se constituye desde una gran diversidad y hemos trabajado bien hasta acá. Pero ahora vienen nuevos desafíos. El primero es construir una bancada que tenga peso pero que no nos parlamentarice. El segundo es darle participación a los territorios sin que esto signifique una fragmentación hasta el infinito y para eso hay que definir qué es el FA, ¿es una macroorgánica que suma a cualquier persona en los macrozonales? ¿O es una coordinación de orgánicas? Creemos que es lo segundo. Si los independientes quieren participar, bienvenidos, pero que se organicen, para así reforzar el tejido social. Y el tercer desafío tiene que ver con prepararse para disputar el próximo gobierno, formando cuadros, fortaleciendo las orgánicas territoriales y mostrando un proyecto coherente.
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Sobre las elecciones municipales, en el FA se plantea la opción de la segunda vuelta y la de hacer pactos por omisión con la NM, ¿qué idea le parece mejor?
-Es mucho mejor la idea de tener segundas vueltas, pero estamos casi imposibilitados de cambiar la ley, puesto que la única posibilidad es que eso se legisle en estos pocos días del Congreso. Isabel Allende (PS) presentó un proyecto con esa idea del FA, pero el Gobierno no le puso urgencia y en el próximo gobierno no habrá mayorías, y no veo a la derecha con voluntad de hacer el cambio. Sería lo mejor, porque permitiría una competencia más justa. Sobre el pacto por omisión, no sabemos cómo quedará la NM, por lo que eso no aporta ahora.
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Si el Congreso no tiene mayorías, ¿qué proyectos del FA podrían aprobar?
-Lo más probable es que nos encontremos con buena disposición de nuestra parte para apoyar proyectos incluso del Gobierno, porque no le queremos negar la sal y el agua a nadie, pero quizás la derecha será muy obstruccionista a las propuestas del FA. Quizás muchos de nuestros proyectos no se convertirán en ley, pero sí tenemos que mostrar que tenemos una propuesta de sociedad. Si presentamos proyectos para recuperar el agua, anular la Ley de Pesca, aplicar un impuesto para los más ricos del país, quizás no los ganemos, pero mostraremos un camino para el país.
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Respecto a Sebastián Piñera, ¿qué le parecieron los nombramientos del próximo gabinete?
-Si el gabinete del primer gobierno fue un cuoteo de grupos económicos, ahora le agregó un cuoteo entre grupos políticos privilegiando los sectores más duros de la derecha. El gabinete de Piñera demuestra que todo lo que él dijo en la segunda vuelta era totalmente falso, orientado únicamente a captar votación, porque optó por los sectores más conservadores en materia valórica y económica. Eso queda expresado en la ministra de la Mujer, que ha declarado varias veces estar en contra de la interrupción del embarazo; en el ministro de Educación, que se encargó de explicitar que la educación debe ser un buen de consumo; y el caso más surrealista es el del ministro de Desarrollo Social, que pertenece a la microelite más poderosa de Chile, vinculado a Penta y La Polar y que llega al ministerio que se hace cargo de los problemas de la pobreza en Chile. Es un Piñera que ha retrocedido fuertemente. Se vienen tiempos no mejores, sino que bastante complejos.
Si lo que viene es un retroceso, ¿cree que les tocará defender el legado de Bachelet?
-No creo que se trate de defender su obra. Aquí no hay gran legado, la reforma tributaria les rebajó los impuestos a los más ricos, la reforma educacional no respondió a las demandas de profesores ni estudiantes. Hubo pequeños avances y por cierto que los vamos a defender, para evitar que se vuelva atrás. El FA será una oposición programática, propositiva y de defensa de derechos adquiridos.
¿El FA corre el riesgo de mimetizarse con la NM?
-De ninguna manera, puesto que frente a cada proyecto que presente Piñera, el FA presentará una propuesta alternativa. Si algún proyecto presentado es bueno, lo apoyaremos, si es perfectible, lo mejoraremos. Pero como FA vamos a mostrar que existen siempre opciones que profundicen la sociedad de derechos. Si la NM está disponible a mostrar ese camino, bienvenida, pero no creo que haya una mimetización porque son dos proyectos distintos.