Hay dos cosas que tienen en común Nueva Zelandia, Vietnam, Perú, Japón y Estados Unidos. Primero, todos esperan sumarse a un incipiente acuerdo comercial llamado Trans-Pacific Partnership (TPP), el mayor club de libre comercio desde el colapso de la Ronda de Doha. Segundo, ninguno de ellos es China.
Las dos cosas están muy vinculadas. Ninguno lo diría fuerte, pero el objetivo no declarado del TPP es crear un acuerdo comercial de "alto nivel" que excluya a la segunda mayor economía mundial. Los 12 países que esperan unirse al grupo -que también incluye a Canadá, México, Chile, Malasia, Singapur, Brunei y Australia- representan el 40% del PIB mundial y cerca de un tercio del comercio mundial. Se trata de un gran club que busca evitar la entrada de China.
Hay dos motivos en marcha: el primero es retroceder el tiempo hasta antes del acceso de China a la OMC en 2001. China logró un gran impulso al ganar acceso a los mercados globales, pero, según los críticos, pagó sólo un bajo precio por su admisión. Sumarse a la OMC no evitó que China "manipulara" su moneda, violara las reglas de propiedad intelectual, o canalizara financiamiento barato a sus gigantes empresas estatales. La visión de que China es aprovechadora ignora el hecho de que las economías avanzadas de hoy buscaron políticas mercantilistas durante sus fases de despegue.
El segundo motivo para el TPP suena como algo opuesto al primero. Es crear un bloque tan poderoso y atractivo que China se sienta obligada a enmendar sus modos erráticos para sumarse. Para profundizar en ese objetivo, las reglas del TPP penalizarán a China en algunas áreas. Un ejemplo son las reglas de origen. Bajo el TPP, los aranceles de la ropa fabricada por ejemplo en Vietnam y enviada a Estados Unidos caerán a cero. Ese sería un potencial impulso enorme para la industria de vestuario de Vietnam. Pero para calificar, las telas como el algodón tendrán que provenir de un país TPP, lo más probable, de EEUU. Por el momento, por supuesto, gran parte del algodón de la industria de vestuario de Vietnam proviene de China.
Entonces ¿cómo diseñan un club que excluya a China pero admita el estilo de Vietnam? Después de todo, Vietnam también es una economía con enormes empresas estatales, regulaciones poco transparentes y se ha ignorado la propiedad intelectual. Fuentes cercanas a las negociaciones en Vietnam dicen que el objetivo es impulsar a Hanoi a hacer una reforma de su sistema estatal. Esa es una buena intención, a lo más. Pero decidir si admitir a Vietnam, o a varios potenciales miembros del TPP, será más acerca de política que de economía.
Esto, porque el TPP en sí mismo es por lo menos en parte un proyecto político. Para Japón, el hecho de que el TPP sea un club de "todos salvo China" es decisivo. Shinzo Abe, el primer ministro nacionalista, considera la membresía como una posibilidad de sentarse en la mesa con los grandes. Cuando recientemente se comprometió a sumarse al TPP, dijo que el proyecto ayudaría a la "seguridad" de Japón, y dijo que los miembros del proyecto compartían "valores de libertad, democracia, derechos humanos básicos y el imperio de la ley". Esa descripción excluía a China, aunque lograba acomodar a Vietnam (un estado autoritario comunista) y Brunei (un sultanato islámico).
Con una necesidad de acomodar a tal variedad de miembros, no es de extrañar que las negociaciones se hayan retrasado. Esta semana la 17° ronda de negociaciones se realiza en Lima. El deadline para completar el acuerdo se ha retrasado en más de un año. Pocos prevén que las negociaciones se completen hasta el primer semestre de 2014.
Como todos los acuerdos de libre comercio, el TPP naturalmente contendrá mucho proteccionismo e intereses especiales. Japón sacará el arroz de la mesa y Estados Unidos hará lo mismo con el azúcar. Sin duda, Canadá y Nueva Zelandia querrán proteger a sus agricultores lecheros. La necesidad de esta flexibilidad sugiere que no habrá nada muy oneroso en el acuerdo final. Parece inevitable que el TPP tendrá que bajar el tono si tiene alguna esperanza de firmarse, sin considerar su ratificación por parte de los parlamentos locales.
Debes saber
¿Qué ha pasado?
Un grupo de 12 economías, entre ellas, Chile, están negociando el Trans-Pacific Partnership, el mayor club de libre comercio desde el colapso de la Ronda de Doha.
¿Cuál es su característica?
El acuerdo incluye a economías que representan 40% del PIB mundial. Sin embargo, dejó de lado a China.
¿Qué consecuencias tiene?
Como consecuencia de esta exclusión, se está buscando una flexibilidad tal, que las negociaciones se han retrasado.
¿En qué etapa están las negociaciones?
Esta semana están en la 17° ronda de negociaciones que se realiza en Lima. El deadline para completar el acuerdo se ha retrasado en más de un año.