Volvió marzo y las calles de la ciudad lo saben. Una serie de proyectos de infraestructura vial, el regreso de miles de automovilistas y fallas masivas en tres líneas de Metro, han roto la calma de los días de la temporada estival y marcan el preámbulo de lo que será el resto del año. Y es que el transporte será uno de los principales protagonistas de este regreso a la "normalidad" de la ciudad, lo que lo transforma en uno de los principales desafíos a la hora de hablar de calidad de vida en las urbes.

[ze_adv position="adv_300x100" ]

Es tal su importancia para el bienestar de la población, que frente a fechas como esta, la autoridad desarrolla una serie de planes y medidas de contingencia para garantizar y facilitar el desplazamiento de los ciudadanos por las urbes.

Por ejemplo, ayer se activó el plan de coordinación entre la Unidad Operativa de Control de Tránsito (OUCT), Transantiago, Metro, Carabineros y el Ministerio de Transportes, para evitar el colapso de Santiago. Este programa vivirá una auténtica prueba de fuego el lunes, con el regreso de los niños y universitarios a las aulas.

[ze_adv position="adv_300x250-A" ]

Según un estudio de GFK Adimark, la evaluación del transporte marcó un promedio de 4,6 en el Gran Santiago, mientras que en Valparaíso fue de 4,7 y 4,8 en Viña del Mar. En total, un 4,9 fue la nota asignada para este indicador en las principales urbes del país (ver gráfico).

"Santiago se dejó de planificar en los '60 y el libre mercado generó que los usos se hayan desordenado. Por ejemplo, mucha gente vive en la periferia, al sur de la ciudad, y después se van a trabajar al norte o hacia los barrios altos. Ese movimiento forzado de gente es muy malo para la calidad de vida. Además, es económicamente ineficiente. Mucha gente pierde parte de su tiempo transportándose, eso es poco competitivo", señala Nicolás Tugas, académico de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad del Desarrollo.

[ze_adv position="adv_300x250-B" ]

Es por este motivo que los esfuerzos de la ciudad deben estar enfocados en la mejora del transporte y movilidad, para alcanzar una calidad de vida con estándares superiores. "Hay que recuperar el tranvía. Este ocupa menos sección de calle, que es el ancho que se divide entre los distintos modos de transporte", dice Tugas.

Estrategias

El transporte no es el único elemento determinante a la hora de hablar de calidad de vida en la ciudad, sino que existen otros que también son complementarios y que generan un impacto significativo en la población.

Por ejemplo, un espacio público amplio y de calidad es otro elemento que ayuda a mejorar el bienestar de los habitantes de las urbes.

"El tamaño de las viviendas ha ido disminuyendo considerablemente con el paso del tiempo, eso ha provocado que las personas hayan comenzado a buscar mayor esparcimiento por medio de los patios, plazas y parques en las ciudades", asegura Paulina Henoch, economista e investigadora de LyD.

Es por este motivo que una política orientada hacia la creación de espacios públicos mejor diseñados, es fundamental para que estos ciudadanos puedan compensar lo que la disminución del tamaño de las viviendas les quitó.

[ze_adv position="adv_300x250-C-net" ]

La planificación

Según el último Índice de Calidad de Vida Urbana (ICVU) de la Cámara Chilena de la Construcción (CChC), Las Condes es la comuna que presenta las mejores condiciones de habitabilidad en la ciudad, le sigue Vitacura y Providencia. En tanto, Arica es la comuna que presenta el nivel de vida más bajo de la medición.

Además, del reporte se desprende que en los últimos cinco años, la calidad de vida urbana experimentó un drástico empeoramiento en el Gran Santiago. Comunas como Ñuñoa y La Reina, han bajado sistemáticamente su posición en materia de calidad de vida urbana en los últimos cinco años, anotando los mayores retrocesos del sector oriente. Y es que en el caso de Ñuñoa, pasó del puesto siete al número 10 en el período 2013-2017. Más pronunciada es el descenso de La Reina, que cayó del lugar 7 al 14 en cinco años, de acuerdo al estudio.

En tanto, Osorno, Puerto Montt, Valdivia y Concepción fueron las comunas que más mejoraron su posición en el ranking en los últimos cinco años. Y es que en el caso de Osorno, pasó del puesto número 84 en 2013, al lugar 13 en 2017. Mientras que Puerto Montt pasó del lugar 56 al 19 y Concepción del 41 al 15.

"Respecto a la discusión sobre calidad de vida en la ciudad, hay un tema que es el más relevante, que es la planificación urbana a largo plazo. No se puede continuar sin tener resuelto este asunto. En Chile, una de cada tres comunas no tiene plano regulador. Es esencial tener una guía, porque las ciudades crecen y eso se tiene que gestionar de una manera adecuada", destaca Javier Hurtado, gerente de Estudios de la CChC.

Es por este motivo que es fundamental tener una mirada de largo plazo para resolver los pendientes en materia de calidad de vida en la ciudad. "Hay que hacer estudios de demanda, tráfico y gente, por segmento socioeconómico. En definitiva, hay que anticiparse y planificar para esa demanda futura. Estas guías se deben generar por lo menos a cinco años. Además, este plan debe estar pensado para la ciudad completa y sus realidades locales ", dice Hurtado.

Iniciativas gubernamentales

Con el fin de enfrentar el desafío de coordinar y generar propuestas que mejoren la calidad de vida de los habitantes de la ciudad, se creó el Consejo Nacional de Desarrollo Urbano (CNDU). Este permite que en una misma instancia permanente, converjan ministerios, sector privado, representantes de la sociedad civil y los gremios, entre otros.

"La calidad de vida urbana está definida por el acceso equitativo a los bienes públicos. Estos son: el transporte público, la calidad de los espacios comunes, el equipamiento social y el medioambiente", asegura Luis Eduardo Bresciani, presidente del CNDU.

Desde la entidad aseguran que el mayor desafío en esta materia está en hacer más participativo el acceso a estos bienes. "Existen comunas y barrios que gozan de estándares de infraestructura, espacio público o transporte, muy desiguales. Por lo tanto, hay que incrementar la inversión en estos aspectos", asevera Bresciani.

El CNDU ha planteado tres elementos fundamentales para avanzar en ese sentido: el primero es la definición de las garantías de bienes públicos; el segundo son los planes de desarrollo urbano e infraestructura que permitan focalizar el gasto público y el tercero es dotar de mayor autonomía a las áreas metropolitanas para el desarrollo de proyectos.