Miles de argentinos revivieron ayer el temor del 3 de diciembre del 2001, cuando el entonces presidente Fernando De la Rúa -presionado por la falta de liquidez- restringió el acceso al efectivo. El llamado corralito, que se extendió por casi un año, hoy ha vuelto a penar a los argentinos de la mano de la fuerte depreciación de su moneda.
Ayer, el Presidente Mauricio Macri anunció la negociación de un auxilio financiero, luego de que al mediodía la moneda transandina apuntó un máximo histórico de 23,25 pesos por dólar. Dicho nivel demostró que el alza de tasas a 40% y el plan fiscal de Hacienda -implementados el viernes de la semana pasada-, no fueron suficientes para detener el impulso de la divisa norteamericana. Tras todo esto, Macri debió enfrentar a los medios y calmar la incertidumbre financiera que golpea al país.
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"Frente a esta nueva situación y de manera preventiva, he decidido iniciar conversaciones con el Fondo Monetario Internacional (FMI) para que nos otorgue una línea de apoyo financiero", reveló el Presidente, en el Salón Blanco de la Casa Rosada.
De esta forma, y después de 15 años, el Presidente argentino anunció la puesta en marcha de un nuevo acuerdo con el FMI. Y es que el último apoyo que recibió Argentina fue en 2003, cuando la entidad firmó con el país la asistencia de un fondo de corto plazo -con requisitos fiscales y monetarios- de US$2.174 millones y US$8.900 millones, en enero y septiembre de ese año, respectivamente.
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En esta oportunidad, se estima que el apoyo de la entidad internacional se traduciría en el acceso a un crédito sin requisitos que rondaría los US$30.000 millones.
"Las condiciones mundiales están cada día más complejas y por varios factores: están subiendo las tasas de interés, subiendo el petróleo, se han devaluado las monedas de países emergentes, entre otras variables que nosotros no manejamos", detalló Macri en la conferencia de prensa.
La política económica gradualista que ha puesto en marcha Argentina le genera al país una estrecha dependencia del financiamiento externo, a raíz del profundo gasto público que Macri intenta contener.
Bajo este escenario -de un dólar fuerte a nivel global- Macri indicó que la decisión de acudir a una línea de crédito le permitirá fortalecer el plan de crecimiento.
"Hace minutos hablé con Christine Lagarde, y nos confirmó que vamos a arrancar hoy mismo a trabajar en un acuerdo. Esto nos va a permitir fortalecer este programa de crecimiento y desarrollo, dándonos un mayor respaldo para enfrentar este nuevo escenario global y evitar crisis como las que hemos tenido en nuestra historia".
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En la misma línea, el mandatario reconoció que durante los dos primeros años de su gestión, contó con un contexto mundial favorable, "que hoy está cambiando".
Por su parte, la titular de la entidad internacional, Christine Lagarde, valoró la iniciativa del país trasandino, y adelantó que las conversaciones se llevarán a cabo pronto.
"Espero con interés continuar nuestra colaboración con Argentina. Se han iniciado discusiones sobre cómo podemos trabajar juntos para fortalecer la economía argentina y llevaremos estas converaciones a cabo en breve".
Las palabras de Macri algo pudieron calmar al tipo de cambio. Tras marcar un nuevo máximo histórico -al termino de las cotizaciones- el peso argentino se depreció 2,38% frente al dólar, para ubicarse en $22,48. Sin embargo, el escenario para la Bolsa de Buenos Aires fue distinto. Y es que el Merval, principal índice de la plaza bursátil trasandina, operaba con retroceso de 0,48%, tras el mensaje del Presidente. Sin embaro, al término de las transacciones, el selectivo ahondó las pérdidas para finalizar la jornada con una contracción de 4,49%.
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