Las más de 300 mil hectáreas quemadas en enero no sólo causaron estragos a nivel forestal y agropecuario, sino que para los operadores turísticos, que esperaban una vacancia superior a la del verano pasado, fue un período crítico, donde las cancelaciones y el desplazamiento de las reservas realizadas en las localidades afectadas por el fuego o en sus cercanías -como Pichilemu y Cobquecura, entre otros-, marcaron una caída que, en algunos puntos -como en ciertas zonas de Chillán- llegó en un momento a ser de cero visitantes. Los cálculos del Gobierno apuntan a una baja en la actividad turística en los centros de veraneo entre O' Higgins y el Biobío de entre 30% y el 60% en promedio.
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Según detalló la subsecretaria de Turismo, Javiera Montes, a PULSO, "en algunos destinos la cancelación de reservas se dio entre dos y tres semanas. Hubo una baja en la ocupación y por eso hemos tomado la estrategia de incentivar la demanda en lo que queda del verano y durante el año". De hecho, la autoridad precisa que ya se ve un repunte en la actividad. "Lo que hemos conversado con los distintos destinos es que, desde el jueves 9 de febrero, estamos alcanzando ocupaciones superiores al 70%, que es lo normal en este mes, así que esperamos recuperar lo más posible". Pese a esta evaluación preliminar, asegura que el real impacto se verá cuando la temporada termine.
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"Nuestra estrategia es recuperar (las pérdidas) en estas semanas que quedan del verano, alargándolo hasta Semana Santa, y activando medidas". Es que el gobierno ya diseñó una estrategia para afrontar este escenario, donde existen ejemplos que aún son críticos. Por ejemplo, en la región de Chillán la ocupación recién llegó al 40% la semana pasada, según explica el presidente de la Cámara del Comercio y Turismo, Alejandro Lama. Afirma que hubo localidades con cero ocupación en los días más álgidos de la emergencia, y que muchos turistas se fueron a otros destinos, como Pucón.
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El Ejecutivo dice que ha tomado nota de esto, y que para ayudar a reimpulsar el turismo se ha priorizado en el corto plazo activar una campaña de difusión junto a los centros turísticos, para mostrar que no fueron devastados, y que los hoteles y restaurantes están con cupos para recibir veraneantes. Para eso, incluso, se usó el hashtag #AúnNosQuedaMuchoVerano, para insistir en las posibilidades de descansar en puntos como las playas de la zona costera, como Matanzas e Iloca.
En marzo, incluso, se realizará en Santiago una feria destinada a que los operadores de las regiones afectadas puedan mostrar las ofertas turísticas que dispondrán durante el año.
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También se ha procurado desde el Gobierno mostrar a nivel internacional que ya se ha vuelto a la normalidad, para que los turistas extranjeros que viajan en temporada baja, busquen opciones en las áreas que más perdieron. La subsecretaria enfatiza que los extranjeros marcaron un alza de visitas de 32% durante el mes pasado en comparación con 2016, pues a pesar de los focos incendiarios, "el movimiento de ellos fue mayor al que proyectábamos para todo el verano, que era un 5%. No es que los turistas no hayan llegado: lo que pasó es que se movió la demanda a otras zonas", explica.
A mediano plazo, la estrategia central será reasignar cupos de programas sociales de viajes, para dirigirlos a las localidades que perdieron ocupación. Así -plantea Montes- se otorgarán mayores recursos para abrir más cupos en los planes de Turismo Familiar, Tercera Edad y Giras de Estudio, que consisten en subsidios estatales para que personas más vulnerables puedan recorrer el país. La idea es que se prioricen los destinos afectados.
"Ya comenzamos con el turismo familiar, que es el único de estos tres programas que funciona en temporada alta, y continuaremos aumentando los cupos durante el año en estos tres planes", dice Montes.
Asimismo, otra idea para ejecutar es buscar extender la temporada alta hasta abril. Según la autoridad, "una de las medidas que surgió en todos los territorios es la posibilidad de que alarguemos el verano, por eso esta campaña de que aún queda verano durará hasta Semana Santa (el segundo fin de semana de abril)". Junto con ello, se impulsarán las celebraciones locales, festivales y visitas de artistas, para atraer público. Y si bien algunos eventos - como fiestas de la vendimia - se han suspendido, la idea será realizarlos en otras áreas
Las medidas de largo plazo apuntarán a maximizar la difusión. La subsecretaria plantea que "veremos cómo terminamos el año. Siempre tenemos una campaña nacional e internacional, y estas regiones tendrán un espacio estratégico dentro de ésta, para poder normalizar lo más rápido posible.
Para poder cubrir estos despliegues, asegura que "estamos reasignando fondos propios de los convenios con Sernatur, tanto a nivel nacional como internacional. Ya hemos hecho una inversión inicial y estamos también generando recursos adicionales desde el Ministerio de Hacienda hacia Sernatur". Agrega que "tenemos que ocupar lo que ocurrió con los incendios como una oportunidad para generar estrategias para que estos destinos no sean vistos sólo como propios del verano, sino también que lo son en los restantes meses del año".