La designación de la actriz chilena, Daniela Vega como una de las presentadoras en la entrega de los premios Oscar y la nominación de la película Una mujer fantástica al máximo galardón de la industria cinematográfica dan luces de una mayor apertura de la Academia hacia las comunidades LGTB.

Pero, ¿cómo ha variado la postura de la Academia hacia los temas de diversidad sexual? Pese a que en las últimas ceremonias ha habido mayor número de nominaciones de cintas que plantean esta temática, no fue hasta los años 70 cuando la industria abrió por primera vez la puerta a esta realidad dentro de sus películas.

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En los premios de 1972, se registró la primera nominación a un actor por interpretar a un personaje homosexual. Se trata de Domingo, maldito domingo, donde Peter Fynch encarnaba a un médico que competía con una mujer por el amor de un joven científico. Sin bien no obtuvo el galardón, se transformó en la piedra angular para que la Academia comenzara a nominar más cintas que abordaran estos temas.

Sin embargo, el primer indicio de una mayor normalidad en el trato de la industria hacia la comunidad LGTB vino en 1976 con la película Una Tarde de Perros protagonizada por Al Pacino, donde interpreta a un sujeto que asalta un banco con el fin de pagar la operación de cambio de sexo de su pareja, interpretado por el actor Chris Sarandon.

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Con la llegada de los años 80, la lucha por el reconocimiento de las comunidades LGTB se hizo más intensa y Hollywood no quedó ajeno a aquello. En 1983, la película Silkwood que planteaba una alegato contra las políticas nucleares, mostró a la actriz y cantante Cher como la mejor amiga lesbiana de la protagonista, llevando a la pantalla su activismo a favor de estos grupos, con el fin de darle mayor visibilidad a la causa. Esta interpretación le valió su primera nominación al Oscar y se transformó así en la primera actriz en interpretar a una mujer homosexual.

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Otra película que aumentó la presencia de estos temas en Hollywood fue El beso de la mujer araña de 1985, una coproducción brasileña que relataba la historia de un norteamericano homosexual que es encarcelado en una cárcel sudamericana por involucrarse con un menor de edad, lo cual le valió al actor William Hurt un premio Oscar, siendo el primero en ganarlo por interpretar a un personaje homosexual.

Con los '90 en curso, dos cintas se alzaron como las más elogiadas por la crítica. Juego de Lagrimas mostraba a un terrorista del IRA, interpretado por Stephen Rea, que se enamora de una camarera sin saber que era una mujer transexual. Otra cinta que generó una revolución en la sociedad norteamericana de esos años, fue Philadelphia, protagonizada por Tom Hanks y que muestra la lucha de un hombre que contrajo el virus del SIDA y que es despedido de la empresa que trabajaba, lo cual puso arriba de la mesa el tema de la discriminación.

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Este rol le valió a Hanks un Oscar y provocó que más actores de la industria quisieran interpretar a personajes homosexuales por el trabajo dramático que conllevaba.

En la década de los 2000, sin duda la película que revolucionó a la industria respecto a este tema fue Secreto en la Montaña, que postuló en 2005, entre otras categorías, a la de Mejor Película, la única que no ganó, siendo superada por Crash, lo que generó numerosas críticas a la academia.

No obstante, las nominaciones de este año mostraron que Hollywood ya no tiene tantas trabas hacia las cintas que plantean estos temas. Junto con Una mujer fantástica que busca la estatuilla a la Mejor Película Extranjera, también postula al premio Call Me by Your Name una historia de amor que aborda el tema de la llegada a la edad adulta.