Lo único de lo que quiere hablar Justin Trudeau es de la economía. Eso podría cambiar.
El primer ministro canadiense pasó el final de 2017 a la defensiva por los cambios tributarios, su titular de finanzas y una reprimenda ética. A menudo esquivó los ataques diciendo que sus oponentes políticos sólo lanzaban descalificaciones porque no querían hablar de la economía, que el año pasado lideró al Grupo de los Siete en materia de crecimiento.
La defensa de Trudeau está a punto de debilitarse: la economía de Canadá se dispone a retroceder este año desde un crecimiento previsto del 3% en 2017. El país se expandirá a un ritmo aún sólido del 2,2% en 2018, detrás de Estados Unidos y empatado con Alemania en el segundo lugar dentro del G-7, según estimaciones de una encuesta de Bloomberg. Se prevé que el crecimiento canadiense se desacelerará nuevamente a un 1,8% en 2019.
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El fuerte crecimiento del año pasado "probablemente llevó a la economía canadiense cerca de su capacidad productiva, por lo que hay restricciones de capacidad que están comenzando a aflorar", dijo en una entrevista Paul Ferley, economista jefe adjunto de Royal Bank of Canada (RBC). En un informe del mes pasado, RBC pronosticó un crecimiento de 2,9% en 2017, 1,9% en 2018 y 1,6% en 2019, todos ligeramente por debajo de las estimaciones de consenso. "El crecimiento de 1,9%, dadas las circunstancias, sigue siendo un ritmo sólido", sostuvo Ferley.
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Un repunte en la inversión empresarial, que se desplomó en 2015 y 2016 luego de la crisis del petróleo, ayudó a impulsar el sólido crecimiento del año pasado, indicó Ferley. Otros factores incluyeron la recuperación después de un gran incendio en 2016 en el corazón del área petrolera de Alberta y la introducción de un nuevo beneficio infantil que el Banco de Canadá ha elogiado y que ha ayudado a aumentar el gasto.
No todas son malas noticias para Trudeau. Si el crecimiento continuara al ritmo de 2017, podría llevar a una inflación excesiva, manifestó Ferley.
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Bajo fuego
Pero las malas noticias acosaron al primer ministro a medida que el año se acercaba a su fin. El organismo de fiscalización ética de Canadá descubrió el mes pasado que Trudeau violó la normativa con unas vacaciones el año anterior a una isla propiedad del Aga Khan, y su gobierno tuvo que echar pie atrás sobre cambios impositivos que enojaron a las pequeñas empresas y finalmente pusieron en el centro de la atención las propias finanzas del ministro de Finanzas, Bill Morneau.