El mismo día que Donald Trump asumió la presidencia llenó el papeleo donde establecía su comité de reelección para el año 2020, llevando la campaña permanente - típica de los presidentes de Estados Unidos que buscan un segundo mandato - a un nuevo escenario. Aunque por el momento compite solo, el Presidente ya realizó dos mítines de campaña, en Melbourne y Florida; recibió la primera recaudación de fondos en junio, acumulando US$36 millones hasta al cuatro trimestre de 2017; y comenzó la definición del equipo que lo acompañará en este anticipado proceso electoral.

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"Es muy temprano partir con los planes de reelección, al menos públicamente. Lo podemos comparar con la línea de tiempo de Barack Obama, que no empezó su campaña de reelección de 2012 hasta abril de 2011", detalla a PULSO Chris Jackson, vicepresidente de Ipsos Public Affairs en EEUU.

La anticipación volvió a quedar clara la semana pasada, cuando el mandatario sorprendió al nombrar a Brad Parscale como el jefe de su comando. El hombre, que lo acompañó en su exitosa campaña digital de 2016, ya trabaja en la prolongación de la administración Trump hasta 2024, apostando por repetir la fórmula con la cual el actual Jefe de Estado barrió con sus adversarios republicanos, logrando más tarde una victoria sobre Hillary Clinton.

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Este nombramiento también luce temprano a los ojos de Jackson. "Es la primera decisión de su tipo entre las campañas de reelección presidencial anteriores, 980 días antes de los comicios de 2020", señala.

Un buen momento

Pero no cabe duda que poner sobre la mesa su candidatura en este preciso momento puede resultar conveniente para las ambiciones del Presidente. Actualmente, los estadounidenses todavía celebran los aumentos salariales y bonos que recibieron gracias a la reforma tributaria que él prometió en su campaña y logró cumplir en diciembre.

"Incluso si la reforma fiscal resultara perjudicial para la economía en el mediano o largo plazo, Trump obtiene una ganancia a corto plazo con el apoyo popular, al poner unos pocos dólares en los bolsillos de los votantes", sostiene Clodagh Harrington, directora del centro de estudios American Politics Group.

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De hecho, en la última encuesta de Rasmussen, Trump consigue un 49% de aprobación, superior a la media de 40% que ha conseguido en su primer año de gobierno.

El mismo sondeo mostró que entre los probables votantes de los comicios de 2020, el 44% dice que votaría por Trump si la elección se realizara hoy. "En función de su desempeño hasta la fecha, tiene una oportunidad perfectamente decente para ganar nuevamente", añadió Harrington.

Apoyo republicano

El panorama también es favorable para el mandatario al interior del oficialismo. "Creo que Trump tendrá más apoyo del Partido Republicano en 2020 que en 2016 (...) Todavía hay algunos 'Never Trumpers', pero la mayoría se ha callado o han decidido no oponerse públicamente al Presidente. Sus seguidores no estarán tan divididos esta vez", indica Joel Mathis, colaborador y columnista de la revista estadounidense The Week.

De hecho, Chris Jackson cree que el adelanto de su campaña puede estar relacionada con las elecciones legislativas de medio término y el apoyo a sus correligionarios. "Es posible que este anuncio temprano sea un intento de motivar a los candidatos republicanos en 2018 (...) Trump es muy influyente dentro de su base y al crear sentimientos positivos sobre su próxima campaña, podría esperar provocar un mayor respaldo para los candidatos que apoya este año", sostiene desde Washington.

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En ese marco, las cosas lucen complejas para la oposición a tres años de la elección. "Entre los demócratas hay muchos nombres, Elizabeth Warren, Bernie Sanders, Joe Biden, Kamala Harris, Kirsten Gillebrand, pero tienen que presentar un mensaje claro y atractivo que consista en algo más que simplemente no ser Trump", sostiene Harrington.