Toda la mesa de Renovación Nacional -con los senadores electos Andrés Allamand y Manuel José Ossandón presentes- almorzó ayer por más de dos horas en el Restaurant Pinpilinpausha, en Las Condes. Toda la directiva de la UDI, estuvo reunida por más de tres horas en la sede de Suecia 286.

Es que el día después de la derrota de Evelyn Matthei por 25 puntos frente a Michelle Bachelet tuvo un sabor amargo en los partidos oficialistas, y en La Moneda.

En la directiva de RN se dieron tiempo para la autocrítica y proyectar el partido en un nuevo período. Saben que este proceso se hará visible el próximo 18 de enero en el consejo nacional, pero ya existe un sector que apunta sus dardos a la conducción de Carlos Larraín. Lo critican por haber mantenido una "pugna permanente" con el gobierno y por no haber  logrado que el partido capitalizara el voto de centro, quizás más apolítico, en esta elección. Es decir, cerca de un millón 400 mil votos que hicieron la diferencia en 2010 y que hicieron que Sebastián Piñera llegara a La Moneda. En contraposición, quienes apuntan al gobierno lo hacen por no haber sabido trabajar coordinadamente con los partidos y no lograr una relación fluida con La Moneda. Ambos análisis estuvieron ayer en la discusión de la directiva y se profundizaron más tarde en la comisión política.

Con el "se pudo haber hecho más" sobre la mesa, el escenario más probable es de una competencia interna donde se perfila el electo senador por Santiago Poniente, Andrés Allamand, como opción con apoyo de Larraín, frente a una rearticulación del "ala liberal RN" en la que el diputado Cristián Monckeberg ya se ha mostrado disponible para buscar la presidencia.

En el partido aliado, la UDI, el consejo directivo ampliado del próximo 10 y 11 de enero que se realizará en el Congreso en Valparaíso no sólo permitirá realizar una autocrítica por la derrota presidencial y el mal desempeño parlamentario sino que abrirá la puerta a una discusión mucho más profunda.

De ahí que el sector que lideran diputados como Ernesto Silva y José Antonio Kast, previendo un áspero debate, tantee desde ya la posibilidad de impulsar una mesa de consenso dándole espacio a la "renovación" tanto "generacional como de ideas" en el partido.

Eso sí, la convocatoria apunta directamente a hacer que los denominados "Coroneles" (Jovino Novoa, Andrés Chadwick, Juan Antonio Coloma y Pablo Longueira) se pongan en segunda línea tras las nuevas fuerzas y desde ahí proyectar en conjunto un proyecto político de la UDI para los próximos 10 ó 20 años.

El primero en abrirse a esta posibilidad fue el senador y ex presidente UDI, Hernán Larraín. Eso sí, dijo que primero debe existir una visión unitaria de la autocrítica en el partido. ¿La fórmula? Un consejo programático (e ideológico), que revise los fundamentos de la UDI y proyecte su labor.