En Ciudad de México, según del Sistema de Agua (SACM), caen en promedio 750 milímetros de agua en 45 días que van de junio a octubre, lo que equivale a 1.100 millones de metros cúbicos y que supera por 300 millones a la capacidad del Sistema Cutzamala, el cual surte de agua potable a la zona metropolitana del Valle de México. De ese total, 20% corre por las calles, saturando los drenajes y provocando, junto con la basura acumulada, las inundaciones.
Las inundaciones son un grave problema para esta urbe de casi 20 millones de habitantes. Mientras las autoridades amplían los drenajes profundos, de la sociedad civil ha surgido iniciativas como Gravalock, que contribuyen a recomponer el medio ambiente. Se trata de un sistema de pisos permeables a base de rejillas fabricadas con plástico reciclado, que duran 25 años y aguantan hasta 60 toneladas de peso por metro cuadrado.
Gerardo Domínguez, cofundador y director comercial de Gravalock, asegura que las rejillas han sustituido el cemento en 40.000 metros cuadrados de parques industriales, conjuntos habitacionales, banquetas, andadores peatonales y estacionamientos en al menos cinco estados del país. Sus clientes son de la iniciativa privada y del Gobierno. “La aplicación principal es para estacionamientos, la idea es que el agua de lluvia se filtre al subsuelo, en lugar de que se vaya a los drenajes y termine contaminada”, explica el emprendedor.
Domínguez destaca la importancia de reducir el uso de cemento. Reportes de la industria cementera indican que la producción global de este producto es de 3.800 millones de toneladas y, sitios especializados como NewSoliclima, responsabilizan a éste del 5% de las emisiones globales de CO2. Su fabricación se realiza a temperaturas de 1.500 grados centígrados, lo que produce 0,8 toneladas de CO2 por cada una de cemento.
Además de la emisión de contaminantes, el concreto contribuye al fenómeno de la “Isla de calor”, que se ha presentado en la ciudad de México desde 2010 debido a un aumento en la temperatura de tres grados.
El pavimento permeable es la competencia directa de Gravalock; sin embargo, la oportunidad de negocio es enorme. En Ciudad de México se construirán 40.000 estacionamientos en los próximos años y hoy representan 42% de la superficie que ocupan proyectos inmobiliarios construidos entre 2009 y 2013, que ascendió a 16 millones de m2.
Gravalock fue una iniciativa de los hermanos Domínguez, quienes moldeaban piezas de plástico para otras empresas. Cuando su mercado comenzó a declinar, desarrollaron y patentaron el sistema de rejillas. Actualmente tienen 30 empleados y ya trabajan en productos complementarios a esta solución.
En 2015, Gravalock participó en Cleantech Challenge México, quedando en tercer lugar. La proyección que consiguieron les abrió las puertas a nuevos mercados, como Costa Rica y Colombia.
Para producirlas, Gravalock usa el plástico remanente de industrias como la automotriz y de electrodomésticos, que es recolectado por otras compañías. Entre los retos que Gerardo Domínguez ve para impulsar su producto está el costo de los insumos, que se agrava por el alza del dólar, pero “tener exportaciones nos ayuda, porque tenemos ingresos en dólares. La estrategia comercial es lograr más exportaciones”, finaliza.