Los problemas laborales en Los Bronces, la huelga de Homecenter-Sodimac, la tensión de Codelco con sus contratistas, la elección del Colegio de Profesores, entre otras expresiones gremiales, son una demostración de que un escenario incierto se abre en materia sindical. Sin duda, se asiste a la eclosión de un sindicalismo más duro e intransigente, que se define como “clasista” y menos pactista, aunque en rigor no es posible sostener aún su viabilidad y capacidad de alejarse del mundo sindical que tradicionalmente se ha alineado con la ex Concertación y el Partido Comunista. Es evidente que la variopinta izquierda que se intenta armar en el llamado Frente Amplio apuesta a identificarse con este nuevo proyecto sindicalista. Habrá que examinar en el futuro con atención los efectos que tenga la Reforma Laboral en el mapa del empleo en Chile y en su orientación política.

No obstante, lo sucedido hace pocos días en la División Chiquicamata de Codelco -donde se aprobó la oferta de la empresa, que consideró cero por ciento de reajuste y un bono por término de negociación inferior a los que históricamente han sido entregados- da cuenta de que la relación empresa-sindicato sí puede tener una visión común, especialmente cuando se está en tiempos de estrechez económica como los actuales.