Andrew Grzywacz tiene un título universitario, un trabajo que paga US$8.50 por hora, una pila de curriculum listos para ser enviados por email, y más de US$30.000 en deuda de estudios.

"Yo sabía que no iba a llegar al trabajo de mis sueños justo al salir de la universidad", dice el joven de 23 años, graduado de Emerson College de Boston en diciembre con un título en cine y escritura para TV. "La industria de la entretención es un hueso duro de roer, más que la mayoría de los campos."

A pesar de ello, Grzywacz es más afortunado que muchos a su edad. La participación de los estadounidenses entre 18 a 24 años de edad que fueron empleados se redujo a 54% el año pasado, el más bajo desde que el Departamento de Trabajo comenzó a registrar estas cifras en 1948, según el Pew Research Center, aunque parte de esto es debido a que más jóvenes asisten a la universidad ahora. La tasa de desempleo para las personas de 16 a 24 años es superior al 16%, más del doble de la tasa nacional.

El desempleo juvenil ha alcanzado niveles de crisis en todo el mundo, con casi el 13% de la fuerza laboral juvenil mundial sin trabajo este año, según la Organización Internacional del Trabajo (OIT).

En EEUU, el débil mercado laboral ha chocado con niveles récord de deuda estudiantil (cerca de US$25.000 por graduado medio) que en conjunto, representan una amenaza para el poder de ganancias futuras de los jóvenes y podría tener efectos duraderos sobre el crecimiento de EEUU.

El gobierno ha dado algunos pasos para aliviar la carga de la deuda estudiantil, acelerando un programa que reduce los pagos de préstamos federales para personas de bajos ingresos y perdonando los saldos pendientes de pago después de 20 años en lugar de 25. También es más fácil ahora consolidar la deuda para cerca de 6 millones de personas con más de un préstamo federal.

La Casa Blanca ha impulsado otras medidas para hacer que la universidad sea más asequible, lo que podría atraer a los votantes jóvenes que jugaron un papel vital en la victoria de Barack Obama en las elecciones de 2008. Las partes del paquete de estímulo aprobado a raíz de la crisis financiera expandieron los créditos fiscales para la matrícula, y el mes pasado el Congreso llegó a un acuerdo para evitar que las tasas de interés sobre algunos préstamos a los estudiantes nuevos se dupliquen.

Sin embargo, algunos defensores dicen que estos esfuerzos son insuficientes ante la magnitud del problema. Un congresista de Michigan, este año propone perdonar la deuda de algunos graduados y otros están llamando al gobierno a ofrecer planes de pago según los ingresos basados en los préstamos privados.

Los impulsores de tales esquemas dicen que las altas cargas de los créditos estudiantiles están pesando sobre la recuperación de Estados Unidos. Estudios muestran que los últimos graduados de las universidades están retrasando la compra de autos y viviendas, inhibiendo el crecimiento económico de corto plazo.

Rohit Chopra, funcionario a cargo de los créditos estudiantiles en la Oficina de Protección Financiera del Consumidor, sumó su voz al debate la semana pasada, diciendo que el problema de la deuda estudiantil estaba perjudicando a la economía estadounidense. "La deuda de los estudiantes podría estar más interconectada con el mercado de la vivienda de lo que nos damos cuenta", afirmó.

Los estadounidenses menores de 35 años perdieron más de un tercio de su riqueza desde 2001, en comparación con una caída de 27% para todas las edades, según la Reserva Federal.

Remontar será difícil para Grzywacz y sus pares, quienes están ganando menos en el mercado laboral deprimido de hoy en día. El ingreso medio para aquellos bajo 35 años cayó a 10,5% desde 2007 a 2010, más que en cualquier otro grupo etario.

Si bien un título universitario todavía promete mayores ingresos que un diploma de colegio, el ingreso de los universitarios cayó cerca de 10% entre 2007 y 2010, según la Fed, en comparación con una caída de 5% para los graduados de colegio.

Los jóvenes estadounidenses están conscientes de su precaria situación en la economía, con sólo 16% de los graduados recientes creyendo que su generación tendrá mayor éxito financiero que la generación anterior, según una encuesta de Rutgers. Cerca de la mitad de los estudiantes tenían empleos de tiempo completo, y 40% de los graduados universitarios con créditos retrasando grandes compras como autos y casas.

Esto vincularía una recuperación económica más firme a la suerte de una generación con altos niveles de deuda, y menores ingresos de los empleos que exigen la educación que su deuda está financiando.

Pronto, el período de gracia de seis meses de Grzywacz expirará, ajustando aún más su presupuesto. "Yo sabía que estaría endeudado y que me demoraría años en pagarlo. Pero una cosa es saberlo, y otra cosa completamente distinta es cuando, cinco años después, te llega esa deuda en la cara".

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