A menos de un año de la primera vuelta presidencial, a medida que se conocen distintos sondeos, el panorama es de mayor incertidumbre. La última encuesta Cadem ha reducido la distancia entre el ex Presidente Sebastián Piñera y el senador Alejandro Guillier, aunque entre ambos no superan el 40%. Mientras Piñera sigue liderando con 22%, el senador subió a 18%, seguido muy de lejos por el ex Presidente Ricardo Lagos (5%), Manuel José Ossandón (4%) y José Miguel Insulza (2%).
Así, se observan dos fenómenos: dispersión de candidatos y alto nivel de indefinición, además de poca claridad respecto de la abstención, aunque lo ocurrido en las municipales da pistas de lo que sucederá en esa materia.
Con las encuestas mostrando su fracaso en las distintas elecciones a nivel global este año, y agregando el factor voto voluntario, se hace difícil confiar a ciegas en los sondeos. Sin embargo, estos sí sugieren señales. Quizá la más importante de ellas es que el país podría enfrentar una contienda muy polarizada el próximo año, debido a que el centro político se ha fragmentado. Si un escenario así se confirma, la oferta programática será una variable fundamental en medio de un fantasma populista que se cierne en el país y el afán de los candidatos por marcar y acentuar sus diferencias.