Los planes de Estados Unidos para forzar a los bancos a tener más capital son una amenaza para la regulación global y se arriesgan a una "reacción proteccionista", advirtió el comisionado de la Unión Europea a cargo de los servicios financieros.
Michel Barnier le dijo al presidente de la Reserva Federal, Ben Bernanke, que los planes de EEUU para forzar a mayores requisitos de capital en las subsidiarias estadounidenses de los bancos europeos podría llevar a represalias contra los bancos estadounidenses.
En una carta a la que tuvo acceso FT, Barnier argumentó que los planes de la Fed son una "salida radical" desde la política estadounidense anterior y que podría perjudicar la recuperación económica internacional. Advirtió que esas represalias podrían "terminar con una fragmentación de los mercados bancarios globales".
La desaveniencia subraya los crecientes niveles de discordia entre los reguladores globales, cuyos esfuerzos por proteger a los contribuyentes locales están creando temores de que las finanzas internacionales se vean forzadas a replegarse detrás de las fronteras nacionales.
Un alto funcionario estadounidense rechazó la carta, diciendo que Bruselas a veces parecía más preocupada acerca de proteger la competitividad de sus bancos que de la seguridad del sistema financiero. La Fed no quiso referirse al tema.
En un testimonio al congreso la semana pasada, Scott Alvarez, abogado general de la Fed, dijo de los bancos extranjeros: "Si se les permite competir en Estados Unidos sin los mismos requisitos de capital y sin los mismos límites prudenciales que aplican para otras organizaciones estadounidenses en EEUU, eso podría darles a las entidades extranjeras una ventaja competitiva aquí, así como exponer nuestro sistema a más riesgo financiero".
Bajo la propuesta de la Fed, que entraría en vigor este año, los bancos más grandes tendrían que asegurar que sus subsidiarias cumplen un nuevo nivel mínimo internacional de 7% de su capital respecto de activos medidos por riesgo. La propuesta apunta de lleno a Deutsche Bank, cuya subsidiaria en EEUU tiene un capital negativo. Bancos como Barclays y BNP Paribas son la preocupación secundaria.
Por ahora, los grandes bancos usualmente son juzgados en base a su nivel agregado internacional de capital, permitiendo a Deutsche contrarrestar su negocio menos capitalizado en EEUU en comparación con sus operaciones alemanas más fuertes.
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