Venezuela sigue su decidido camino hacia un cuadro caótico. La semana pasada el Consejo Nacional Electoral (CNE) de ese país decidió suspender la recolección de firmas para la activación del referendo revocatorio contra el mandatario Nicolás Maduro. Esta jugada fue considerada como un golpe de Estado por la Asamblea Nacional, que declaró, en una sesión especial, la ruptura del “orden constitucional” por parte de la administración del actual Presidente. La firma del Acuerdo para la Restitución del Orden Constitucional en Venezuela también considera la apertura de un juicio político contra Maduro, la activación de mecanismos internacionales y una denuncia contra el Estado venezolano por intentar frenar el proceso revocatorio del mandatario. También incluye un mensaje a las Fuerzas Armadas y a la ciudadanía. A los primeros se les pide no obedecer ni ejecutar ningún acto contrario a los principios constitucionales venezolanos. A los segundos, el pueblo, se lo convoca a la defensa activa de la Constitución, de la democracia y del orden en el Estado de Derecho y dar publicidad al acuerdo.

Claramente el cuadro político-social se está volviendo insostenible; en este contexto hace falta que los líderes de la región sean más decididos en sus declaraciones.