Hasta ayer la permanencia del legendario Jamie Dimon, presidente y director ejecutivo de JPMorgan desde 2006, era incierta. Existía una discusión entre los inversionistas sobre si separaban estos dos roles, para tener un mejor gobierno corporativo en el banco y mayor supervisión sobre Dimon.
Si se votaba a favor de esto, se temía que Dimon dejara el cargo prematuramente, llevándose los buenos resultados de la entidad con él.
Pero ayer, en la junta anual de accionistas en Tampa, y tras una dura campaña que se prolongó por meses, sólo 32,2% de los votos fueron emitidos a favor de la resolución para crear un presidente independiente.
Esta victoria fue rotunda, al obtener un margen aún mayor que la del año pasado de 40,1%.
A pesar de que la propuesta no era vinculante, el voto por el "sí" habría sido un reproche a la gestión de Dimon, una de las figuras mas conocidas de Wall Street.
EL HOMBRE CLAVE
"Él es el mejor que he visto", dijo Michael Mullaney, director de inversiones de Fiduciary Trust en Boston, a Bloomberg. "Tiene un notable conocimiento del negocio, no sólo desde el punto de vista de JPMorgan sino del punto de vista de toda la industria".
El posible cambio atrajo más atención luego de las enormes pérdidas del año pasado producto de transacciones en derivados con falta de liquidez. Sin embargo, Dimon logró absorber el "London Whale" como se le conoce al caso, y fue capaz incluso de reportar ganancias anuales récord. Aún así, Dimon fue culpado parcialmente por el episodio y su sueldo fue reducido en 50%.
En una nota a sus empleados después de la votación, el CEO de la entidad dijo: "Amo venir a trabajar acá todos los días - y espero estar haciéndolo durante los próximos años".
"No vemos esta medida como una panacea, sino como un primer paso muy necesario para fortalecer el directorio", dijo en la reunión de ayer Lisa Lindsley, directora de estrategias de capital en AFSCME Employees Pension Plan, uno de los grupos que hacía campaña por la separación de roles.
Lindsley criticó además la falta de planificación para la sucesión. "Ninguna persona debiera ser indispensable... La gobernabilidad corporativa no es una competencia", agregó.
Sin embargo, Dimon no pudo alcanzar la victoria total, ya que tres directivos fueron reelegidos sólo por una pequeña mayoría.
Los tres directivos son parte del comité de gestión de riesgos de la junta, que es ampliamente visto como responsable de las pérdidas de US$6.200 millones.