A casi un año del conflicto en la primera minera de cobre a nivel mundial por la renovación del contrato colectivo, el vocero de la organización que agrupa a unos 2.500 operarios analiza lo que fue el 2017 para el sindicato. También comenta la contingencia actual, con una negociación colectiva a la vuelta de la esquina y la formación de un nuevo sindicato.

A un año de la huelga, ¿cómo evalúan los resultados de la negociación por la renovación del contrato colectivo?

-En general, después de la huelga, pese a que no obtuvimos nada, mantuvimos todo lo que teníamos. Posteriormente, negociamos la jornada 7x7, que fue una situación más o menos trabada, pero al final con la participación de Mauro Neves (presidente de Minera Escondida) logramos destrabarla y pasamos adelante.

Ahora, estos tiempos no han sido muy placenteros, porque en el camino hemos tenido despidos de socios. Eso nos ha complicado un poco la existencia, las relaciones no han estado muy bien con la compañía.

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Pero, sumando y restando, ¿cómo está actualmente dicha relación?

-La relación no es mala ni es buena. Lamentablemente hay una administración dura, que pareciera ser dirigida por BHP directamente, y que tiene una cierta tendencia, no sé si destructiva, pero descalificadora hacia el sindicato. No nos da la oportunidad de ir mejorando y resolviendo las situaciones con los viejos. Muestra de eso es la última cancelación de 100 trabajadores, que nos complicó porque deja a las bases con una inestabilidad emocional (…) y eso la empresa lo aprovecha.

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¿Cuáles son sus proyecciones para la próxima negociación? ¿Apuesta por un acuerdo anticipado o que se llegará hasta la última instancia?

-En julio nos toca negociar regladamente, y no descartamos la negociación anticipada. Si la empresa entiende que dentro de sus necesidades de este año fiscal es negociar con nuestro sindicato de manera anticipada, estamos dispuesto a tal evento (…) Si nos llega una invitación formal de la compañía de anticipar una negociación, haremos la consulta a nuestras bases, y entre todos tomaremos una decisión.

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¿Cómo ve la formación de un nuevo sindicato?

-Para nosotros la libertad sindical siempre ha existido. Los trabajadores pueden hacer lo que estimen conveniente.

Más allá de eso, esto es un sindicato que viene a hacer un quiebre interno, porque en una declaración de estos supuestos representantes, dan a conocer que han tenido ciertas conversaciones con la empresa, y se podría anticipar con ellos una negociación. Eso habla que hay una intención avalada por la compañía de producir un quiebre interno en nuestras bases. Lo bueno es que las bases están claras y tienen toda la información, ellos verán o no si formar un tercer sindicato; pero en negociaciones que hemos tenido con los viejos ellos entienden que esto sólo provocaría un quiebre interno que dejaría como ganador a la compañía. Por lo tanto, nuestras bases no están dispuestas a avalar este tipo de situaciones.

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