La economía estadounidense parece haber comenzado el año con algún traspié, pero gracias a la aprobación de la nueva ley tributaria se espera que muestre un crecimiento cercano a los 2,7% en 2018.
Esto último, junto con un mercado laboral ajustado, hacen prever de una posible alza en la inflación. Sin embargo, esto aún no ocurre. De hecho, las expectativas inflacionarias de EEUU, para este año, se encuentran por debajo de la meta del 2%.
A pesar de lo anterior, la Reserva Federal de EE.UU. (Fed), se encuentra embarcada en un proceso de normalización monetaria, el más grande y complejo visto anteriormente debido a la crisis de 2008.
Hasta el año pasado, los agentes de mercado no creían en las estimaciones de la Fed respecto al número de alzas futuras de tasa de política monetaria, ya que la inflación no lograba despegar. Sin embargo, luego de la aprobación de la reforma tributaria, del presupuesto y de un importante plan de infraestructura, el mercado ha estado internalizando una posible mayor inflación, afectando las expectativas de tasa Fed Funds y produciendo movimientos al alza en la curva de rendimiento de bonos del Tesoro. La tasa del Treasury a 10 años ha aumentado cerca de 30pb en el último mes, ubicándose cerca de 3,0%.
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A pesar de lo anterior, los premios de las tasas de interés aún se encuentran negativos, comprimidos y lejanos a su promedio de largo plazo. Esto implica un riesgo importante sobre mayores alzas en la tasa de interés del Tesoro. Cualquier señal de un aumento abrupto en la inflación podría gatillar un incremento en los premios. Según nuestras estimaciones, la tasa del Tesoro se encuentra cerca de 20pb por debajo de lo que indican sus fundamentales, por lo que el riesgo que sufra un alza debido a la descompresión de premios tiene una probabilidad importante.
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Esta repentina alza de tasas podría tener significativas consecuencias negativas sobre la economía, por lo que es necesario por parte de la Fed el constante monitoreo de éstas variables y de su proceso de comunicación. El cual debe ser transparente y claro respecto a los cambios en la tasa de política, para de ésta forma evitar confundir al mercado.
*La autora es economista senior de BCI Estudios.