Un inesperado capítulo se sumó al caso que provocó una crisis interna el Banco Mundial. Nuevamente, su economista jefe, Paul Romer volvió a la carga con todo, eso sí, con un discurso totalmente diferente, pues se retractó de sus polémicas declaraciones en The Wall Street Journal.
"No he visto ningún signo de manipulación de los números publicados en el informe Doing Business ni en ningún otro informe del Banco", señaló el ejecutivo en su blog personal.
Sin duda, ésta fue una rápida reacción a la carta enviada ayer por el organismo internacional al ministro de Hacienda, Nicolás Eyzaguirre, luego que se convocara a una reunión de urgencia para analizar el polémico episodio.
El documento, firmado por la directora gerente del Grupo Banco Mundial, Kristalina Georgieva, señala que "la opinión del señor Romer no es compartida por la gerencia del Banco Mundial, que tiene plena confianza en la integridad del trabajo de investigación del Banco en general, y de la metodología y los rankings del informe Doing Business".
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La quitada de piso fue un duro golpe para Romer, quien agregó en su blog: "En la producción del informe cambiamos nuestros métodos por razones sólidas. Pero cuando implementamos los cambios, podríamos haber explicado más claramente por qué, por ejemplo, cayó el ranking de Chile". En su mea culpa además, aseguró que no quiso decir lo publicado por el periódico estadounidense.
Por su parte, el Banco Mundial también solicitó a una entidad independiente que evalúe la metodología del reporte para saber si "se aplicó adecuadamente en el cálculo del ranking de Chile".
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Cronología de la polémica
El pasado viernes el medio estadounidense The Wall Street Journal publicó una entrevista donde el economista jefe del Banco Mundial, Paul Romer, reconocía un cambio de metodología en la medición del ranking de competitividad de su informe Doing Business, lo que afectaba directamente en el resultado a Chile, perjudicando específicamente a la administración de la Presidenta Michelle Bachelet, acusando razones "políticas".
En la misma publicación, el economista de la Universidad de Chicago pidió disculpas personales a Chile y a cualquier otro país que se haya visto afectado por el contenido de los rankings publicados. Además, reconoció su responsabilidad, señalando que fue "mi culpa, porque no hicimos las cosas lo suficientemente claras".
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Es más, el pasado lunes, Romer utilizó su blog para informar sobre el posicionamiento de Chile en el Doing Business durante los últimos cuatro años, llegando a la conclusión de que su desempeño presentaba claras modificaciones. Sin los cambios metodológicos, y según sus cálculos, Chile debía aparecer en el número 51 del ranking y no en el 55 de acuerdo a la última medición, por lo tanto entre 2013 y 2017 hubiera caído cinco puestos en el reporte y no 21, como indican las publicaciones (ver tabla).
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La aclaración no dejó satisfechos a los analistas, quienes incluso cuestionaron si un cambio de cuatro puestos era realmente un cambio perjudicial.
Para el ex ministro de Economía de Perú, Ismael Benavides, "hacer esas aseveraciones me parece poco serio, está rompiendo la confidencialidad que tiene una posición como la de él. Si hay discrepancias tienen que tratarse internamente. Es muy dañino para los países tener dudas sobre cifras de su competitividad".
Una visión más crítica expone Guy Sorman, quien no confía en el Banco Mundial como institución y lo compara con el FMI. "Cuando tratas de entender la metodología de clasificación, ves que es una mezcla de factores objetivos y subjetivos. ¿Recuerdan las clasificadoras de riesgo en 2008? Todo mal. Obtienes el resultado de lo que quieres demostrar. Este es un debate inútil", señaló el columnista de medios internacionales.