La señal que se desprendió de la renuncia del principal asesor económico del gobierno de EEUU, Gary Cohn, se confirmó sin demora ayer: Donald Trump oficializará entre hoy y mañana la implementación de aranceles a las importaciones de acero y aluminio. La noticia no hizo más que reafirmar la ruta de pérdidas de Wall Street, que partió la jornada en rojo ante la salida del funcionario que estaba llamando a la cordura en la Casa Blanca.

Quebrando los lazos con Cohn y dándole más poder de influencia a su proteccionista asesor comercial, Peter Navarro, Trump volvió a dejar claro que no tiene dudas respecto a la necesidad de establecer barreras comerciales para proteger el bienestar de la economía estadounidense. "Desde Bush I hasta el presente, nuestro país ha perdido más de 55.000 fábricas, 6.000.000 de empleos de manufactura y ha acumulado déficits comerciales de más de US$12 billones (...) Malas políticas y liderazgo", tuiteó ayer el mandatario.

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A esa altura, de poco servían los llamados a la calma de su gabinete. "No estamos buscando entrar en guerras comerciales, sólo estamos buscando un comercio libre, justo y recíproco", señaló en entrevista con Fox News el secretario del Tesoro, Steven Mnuchin, mientras -prácticamente al mismo tiempo en CNBC- su par de Comercio, Wilbur Ross, afirmaba: "No estamos tratando de explotar el mundo. No hay intención de eso".

Europa se prepara

La agresiva política de la Casa Blanca deja poco espacio para dar credibilidad a las amigables palabras de Mnuchin y Ross, por lo que Europa ya prepara su artillería. "Ciertos tipos de bourbon están realmente en la lista, junto a otros artículos como mantequilla de maní, arándanos, jugo de naranja, etc.", detalló ayer Cecilia Malmström, comisionada de comercio de la Unión Europea, en relación a los aranceles retaliatorios que prepara el viejo continente.

Al otro lado del Atlántico no tienen paciencia para los caprichos de Trump, por lo que Malmström indicó que "la UE tiene derecho a utilizar un acuerdo de salvaguardia de la OMC para reequilibrar los beneficios que hemos otorgado a EEUU en el pasado".

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Alemania también se pronunció, a través de su ministra de economía, Brigitte Zypries, quien sostuvo que "alguien que habla tanto sobre el comercio justo como lo hace el Presidente Trump no debería buscar métodos tan injustos". Ppinión similar a la de su símil del Reino Unido, Greg Hands, quien se limitó a señalar que en su país están muy decepcionados.

"En los niveles superiores, las relaciones comerciales de los Estados Unidos con sus aliados están destrozadas", aseguró a PULSO Jonathan Aronson, académico de la University of Southern California, agregando que el empecinamiento de Trump en la guerra comercial lo está "arrinconando".

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En ese marco, Washington se abrió a la posibilidad de marginar a las importaciones mexicanas y canadienses de los aranceles que está por implementar. "Esperamos que el presidente firme algo antes de que termine la semana y hay posibles exclusiones para México y Canadá", indicó Sarah Sanders, vocera de la Casa Blanca.

Barreras a China

Sin embargo, en el corto y mediano plazo el proteccionismo de Donald Trump podría escalar, particularmente contra China. El gobierno de Xi Jinping no se ha pronunciado enérgicamente contra las barreras al acero y el aluminio, porque no son sus principales productos de exportación a EEUU, pero las armas comerciales contra el gigante asiático podrían salir pronto a la luz.

El gobierno estadounidense estaría considerando gravar las importaciones de bienes chinos, entre ellos calzado, vestuario y productos electrónicos de consumo, bajo el argumento del robo de propiedad intelectual, según lo consignado por Bloomberg. De hecho, ayer Trump indicó que le han pedido a Beijing que desarrollara un plan para reducir su "déficit comercial masivo con Estados Unidos", mientras que en un tuit anterior sostuvo que "están actuando rápidamente sobre el robo de propiedad intelectual".

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Ya sea basándose en este tipo de argumentos o en los de seguridad nacional, que ocupó la administración para justificar legalmente los aranceles presentados la semana pasada, para John Odell, autor del libro "Negotiating the World Economy", el enfoque de Trump "es simplemente ignorancia".

"Él dice saber cómo funciona el comercio en el mundo, pero yo suelo enseñar en universidades y cada persona que está tomando un curso de economía está sacudiendo su cabeza al ver que hay alguien tan ignorante gobernando EEUU", indica Odell, añadiendo que Trump "asegura que cualquier déficit comercial significa que el resto del mundo está tomando ventaja de EEUU y cree que el desequilibrio se va a reparar con negociaciones comerciales cuando en realidad los balances obedecen a condiciones macroeconómicas".