“La Antártica está clamando para que hagamos algo”, dijo el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, en su última visita al continente blanco. El deshielo, el aumento de temperatura polar y el alza del nivel del mar podría ocurrir más pronto de lo esperado. Así al menos lo descubrió un grupo de científicos en Chile, con una preocupante observación.
En un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Santiago se analizaron las últimas conductas que ha tenido la Antártica a través del derretimiento de sus hielos marinos en los últimos años. Los océanos en torno a la Antártica se congelan cada año cuando bajan las temperaturas, pero este año en particular no se congeló lo suficiente, dejando un déficit de casi dos millones de kilómetros cuadrados. Los hallazgos de este estudio fueron publicados en la revista The Cryosphere, la más importante sobre glaciología.
2 millones de km² de déficit: estudio chileno investiga misteriosa pérdida de hielo en la Antártica
“La Antártica ha comenzado a experimentar mínimos históricos de hielo marino”, comenta el climatólogo y líder del estudio, Raúl Cordero. Hasta el 2016, la Antártica se había mantenido relativamente estable en lo referido a hielo marino. Eso es muy diferente al Ártico, el otro polo, que pierde su hielo marino a una velocidad increíble. Y durante mucho tiempo existía la incógnita, por qué el hielo marino en el Ártico está desapareciendo, y el hielo marino en el antártico no. Bueno, eso ya dejó de ser así.
¿Qué cambió? La investigación que realizó el equipo de científicos aporta una posible respuesta a ese por qué. “Básicamente lo que nosotros encontramos es que a partir del 2016 en adelante los vientos en torno a la Antártica, que se llaman ‘westerlies’ -o vientos del oeste-, soplan en torno a la Antártica en sentido horario y esos vientos se han intensificado en los últimos años”, comenta Cordero.
Ahora, el científico agrega que existe una intensificación de los vientos del oeste que viene de antes, pero ahora resulta que desde el 2016 se han intensificado particularmente en la primavera austral, en septiembre. “Entonces lo que descubrimos es que cuando los vientos están, que han estado así desde el 2016 muy intensos en la primavera, se pierde muchísimo hielo marino durante el verano austral”, explica.
El mecanismo que lo explica es que al intensificarse los vientos, eso arrastra aire desde las proximidades de la Antártica. Entonces esa intensificación de los vientos provoca que se acerque a la Antártica masas de aire relativamente cálidas que no deberían estar ahí. Y son esas masas de aire cálido están derritiendo el hielo marino.
¿Y qué pasa con los efectos del agujero de ozono? Justamente esta barrera de protección se debilita entrada la primavera austral, por lo que podría facilitar la radiación ultravioleta y, por consecuencia, el derretimiento de los hielos marinos. Pero la sorpresa para Raúl Cordero y su equipo fue mayor.
La inexplicable pérdida de hielo marino en la Antártica
“Nosotros comenzamos con este tema justamente porque pensábamos que el agujero de ozono estaba detrás de esto. Pero resulta que justo uno de los resultados importantes es que no es culpa del agujero, porque justo este ha tenido estos últimos años un comportamiento diferente a los años previos, ahora es más bien al final de la primavera cuando el agujero ha presentado más intensidad que en el pasado”, detalla el investigador.
Entonces, los vientos han estado más intensos en septiembre, en el inicio de la primavera, y eso explica los derretimientos de hielos marinos, pero el agujero no es el responsable, hay algo más. “Y ese algo más no está completamente resuelto, pero hay sospechas”, comenta Cordero. Según dice, se cree que esto pueda estar relacionado con anomalías más lejanas, provenientes desde el trópico.
Ahora, si bien es incierto qué podría estar causando este derretimiento acelerado de los hielos marinos, ¿qué consecuencias podría tener este efecto en el planeta? ¿Es posible revertir o recuperar la masa de hielo derretida? A partir del 2016 comenzaron a registrarse anomalías, pero la de este año es extraordinaria, una baja muy considerable: 2 millones de kilómetros cuadrados.
El hielo marino, como abarca superficies de millones de kilómetros cuadrados, actúa como un espejo de la radiación solar. Entonces, al llegar la radiación solar, esta se refleja hacia el espacio de vuelta. En cambio, cuando se pierde este hielo marino, esa radiación ya no es reflejada de vuelta y es absorbida por el océano. “Entonces el océano comienza a calentarse más rápido y comienza a aparecer un círculo vicioso. En este caso el océano caliente derrite el hielo, y luego porque el hielo se derrite, el océano se calienta más rápido”, detalla. A ese círculo vicioso se llama “mecanismo de amplificación ártica”.
Esto incluso podría aumentar el nivel del mar, de manera indirecta. Esto porque si el hielo marino desaparece, la temperatura del océano comienza a subir, y por consecuencia también puede desencadenarse derretimientos de hielos continentales.
Pero en Antártica no existía hasta ahora ese fenómeno, ya que hasta ahora no se había visto una pérdida considerable de hielo marino. ¿Cuál es el peligro? Si persiste este fenómeno en los próximos años, podríamos comenzar a ver en la Antártica el mismo mecanismo de amplificación que acelera el calentamiento.
Según Cordero, la mejor forma de revertir este fenómeno en los hielos antárticos es reducir la emisión de gases de invernadero. Aunque “tampoco estamos claros que esto es sistémico. Es decir, todavía esperamos que la situación no empeore el próximo año, pero no está tan claro”, problematiza. En el largo plazo la pérdida del hielo marino está calentando el planeta, pero en el corto plazo hay incertidumbre por saber cómo va a responder el sistema antártico al calentamiento global.
Hace 10 años, cuando comenzaron a hacerse evidentes los efectos del calentamiento global, el hielo marino de la Antártica dio la sorpresa. El último año con superávit fue el 2015, pero a partir del 2016 la masa de hielo oceánico comenzó a reducirse lentamente, pero ya este año ya tuvimos en algunos momentos 20% de déficit, algo jamás visto. “El récord anterior era 10%. La extensión de hielo marino antártico va a estar en el top 5 de cosas malas que pasaron este año”, sentenció el climatólogo.