El 2018 quedará en la memoria de chilenos y chilenas como el año de la irrupción pública y masiva de los feminismos. Se pensaba que éramos pocas, exageradas y pasadas de moda. Las miles de jóvenes y estudiantes demostraron lo contrario y más, denunciaron que a pesar de los discursos de igualdad de derechos entre hombres y mujeres, en la práctica muchas viven discriminación, acoso y abuso sexual, y violencia en sus hogares, en las universidades, en los colegios, por parte de sus maridos, pololos, profesores o empleadores.
Durante el 2018, el feminismo se instaló como un actor político de transformación social que demanda la recuperación del cuerpo como territorio soberano, exige el respeto y autonomía para poder desarrollar sus potencialidades y ejercer nuestros derechos en igualdad de condiciones con los hombres. Logró incomodar a las élites masculinas que tuvieron que escuchar, recoger y empezar a asumir que la democracia patriarcal no es el horizonte que las feministas imaginamos y queremos.
Este año las feministas del mundo constatamos que somos muchas más de las que pensábamos, que la violencia hacia una es la violencia hacia todas, que unidas tenemos fuerza y más de la que pensábamos. El trabajo colaborativo tomo fuerza, las redes sociales y el tecno feminismo instaló consignas que se desplegaron por todo el mundo #MeToo, #YoTambién #TimesUp #YoSiTeCreo, #AbortoLegalYa y #MiraComoNosPonemos.
En 2018 las feministas dijimos ¡basta! Todo con nosotras y nada sin nosotras. Por un 2019 más feminista.
*Abogada de Corporación Humanas