Desde 1993 cada 22 de marzo se celebra el Día Internacional del Agua, fecha proclamada por la Organización de Naciones Unidas (ONU) en 1992 y que tiene como objetivo principal generar conciencia sobre la gran importancia de este recurso natural, también conocido como el oro líquido, tanto para el ser humano como para las distintas especies que habitan el planeta Tierra.
La proclamación de esta fecha tuvo lugar durante la celebración de la Conferencia sobre Medio Ambiente y Desarrollo en Río de Janeiro en 1992, y busca que cada año además de recordar la importancia que tiene el agua para la conservación de la vida, se discutan los avances tecnológicos y nuevas técnicas que permitan poder utilizar de mejor manera este recurso natural que a pesar de que cubre el 70% de la superficie del planeta que habitamos, sólo un 2,5% de esta es dulce y potable.
Desde entonces la ONU y la Organización Mundial de la Salud (OMS) plantean cada año un tema en particular para discutir sobre el agua, que ha dependido tanto de la contingencia, como de reflexiones en torno al desarrollo y el buen uso de los recursos hídricos.
¿Qué se ha conseguido durante estos 28 años?
Aunque el cuidado del agua y el buscar soluciones para mantener fuentes de este recurso natural en buen estado viene desde los inicios de las civilizaciones antiguas, esta conmemoración del Día Internacional del Agua, ha tratado de que se tome conciencia de este recurso que lamentablemente no es infinito y es fundamental para hacer posible la vida en la Tierra.
A través de estos últimos años, las campañas han ido desde la pregunta ¿hay suficiente agua en el mundo? en 1997, o la reflexión y discusión en 2007 sobre la escasez del agua y la necesidad de una mayor integración y cooperación para garantizar una gestión sostenible de los escasos recursos híbridos. Sin embargo, a pesar de los años que han pasado hasta el día de hoy se sigue debatiendo sobre las mismas problemáticas globales.
¿La razón? Según cifras de la OMS en el año 2025, 3,4 mil millones de personas no tendrán acceso al agua potable. Por ello, muchos de los esfuerzos tecnológicos para mejorar las condiciones del planeta y de las personas se relacionan directamente con el problema del agua.
En un informe realizado por la OMS y las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) a través del Programa de Seguimiento Conjunto para Suministro de Agua, Saneamiento e Higiene (JMP) se publicaron estimaciones comparables a nivel internacional entre los años 2000-2017 sobre el uso del agua, saneamiento e higiene, organismo que también es responsable del seguimiento mundial del Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS).
En esta primera evaluación mundial de los servicios de agua potable y saneamientos, se llegó a la importante conclusión que todavía hay demasiadas personas que no tienen acceso al agua, sobre todo en las zonas rurales.
“El agua potable, el saneamiento y la higiene en el hogar no deben ser un privilegio exclusivo de quienes son ricos o viven en centros urbanos” dijo el Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la OMS en esa oportunidad. “Se trata de servicios fundamentales para la salud humana, y todos los países tienen la responsabilidad de garantizar que todo el mundo pueda acceder a ellos”.
Miles de millones de personas han obtenido acceso a servicios básicos de agua potable y saneamiento desde el año 2000, pero estos servicios no proporcionan necesariamente agua potable ni saneamiento seguro. Muchos hogares, centros de salud y escuelas también carecen de agua y jabón para lavarse las manos. Esto aumenta el riesgo de contraer enfermedades que, como la diarrea, pueden afectar la salud de todo tipo de personas, especialmente de los niños pequeños.
Como resultado, 361.000 niños menores de cinco años mueren cada año a causa de la diarrea.
De los 2.100 millones de personas que no disponían de agua gestionada de forma segura hasta 2017, 844 millones no tenían ni siquiera un servicio básico de agua potable. Esto incluye a 263 millones de personas que tienen que emplear más de 30 minutos por viaje para recoger agua de fuentes que se encuentran lejos de su hogar, y 159 millones que todavía beben agua no tratada procedente de fuentes de agua de superficie, como arroyos o lagos, según las cifras del informe de la OMS. Por nombrar sólo algunas relevantes conclusiones.
“Valoremos el agua”
“¿Sabías que una de cada tres personas viven sin agua potable?”. Según registros de la OMS 2.200 millones de personas viven sin acceso a agua potable hoy en día. En un año tan relevante para el uso de este recurso que ayuda a frenar el contagio por coronavirus a través del lavado de manos, la organización mundial invita a que la población valore el agua y que se tome conciencia de la crisis mundial del agua y la necesidad de buscar nuevas medidas para su conservación.
“El valor del agua es mucho más que su precio: el agua tiene un valor enorme y complejo para nuestros hogares, la cultura, la salud, la educación, la economía y la integridad de nuestro entorno natural. Si pasamos por alto alguno de estos valores, corremos el riesgo de gestionar mal este recurso finito e insustituible” dicen en su página web.
En este año tan complejo a causa de la pandemia, recuerdan que son casi tres mil millones de personas en el mundo que no tienen cómo lavarse las manos y de esta manera combatir el coronavirus. “Si tú tienes acceso a agua de calidad y jabón, sigue los pasos y únete a la campaña #ManosLimpias (#SafeHands en inglés). Por tu comunidad y por ti.”
¿Y ahora qué?
“Sin agua, no hay vida” es el eslogan con que la ONU y la OMS buscan seguir concientizando sobre el importantísimo valor de cuidar el agua. Esto en el marco de de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible.
El acceso al agua potable y el saneamiento es imprescindible para la vida y un derecho humano reconocido. Asimismo, el agua es de vital importancia para el desarrollo sostenible, desde la salud y la nutrición hasta la igualdad de género y la economía. Durante los próximos años, los problemas relacionados con los recursos hídricos serán más urgentes.
El aumento de las demandas de una población cada vez más numerosa y una economía mundial que avanza rápidamente, sumado a los efectos del cambio climático, han aumentado la dificultad del acceso al agua y al saneamiento para usos domésticos alrededor del mundo. De hecho, según la OMS, “muchos expertos sostienen que un suministro impredecible de agua podría reducir el avance socioeconómico en el futuro”.
Con el fin de acelerar las iniciativas relacionadas a los recursos hídricos, la Asamblea General proclamó que entre los años 2018-2028 se enmarcará el Decenio Internacional para la Acción, “Agua para el Desarrollo Sostenible” que comenzó el 22 de marzo de 2018, Día Mundial del Agua, y terminará esa misma fecha en 2028.
Este Decenio, según la OMS, tiene por objetivo hacer mayor hincapié en el desarrollo sostenible para lograr los objetivos sociales, económicos y ambientales, y asimismo, en la elaboración y promoción de programas y proyectos que permitan un mayor avance en el uso de los recursos hídricos, así como en el fomento de la cooperación y las alianzas en todos los niveles con el fin de contribuir al logro de los objetivos y las metas sobre el agua convenidos internacionalmente, incluidos los enunciados en la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible.
Además, recalca la importancia de promover el uso eficiente del agua a todos los niveles, teniendo en cuenta la conexión entre el agua, la energía, los alimentos y el medio ambiente, incluso en la ejecución de los programas nacionales de desarrollo.
Puedes informarte más sobre esta causa y ser parte de ella en el sitio web del Decenio del Agua.