Fue un 15 de octubre de 1952 cuando se fundó el Hospital Clínico de la Universidad de Chile. No viene de la nada, sino que se originó posterior al desaparecido Hospital San Vicente de Paul, que surgió en 1872, en una época donde el país era muy diferente y el centro asistencial cumplía otros roles, tales como el manejo de la epidemia del cólera y de heridos de la Guerra del Pacífico.
“Como esa planta física ya era muy inadecuada para las necesidades del siglo pasado, partieron las construcciones para que en 1952 se inaugurara este hospital que lleva el nombre del gran impulsor, quien había sido decano de la Facultad de Medicina, y después fue rector de la U. de Chile, que fue don José Joaquín Aguirre”, explica el ahora director del Hospital Clínico, Dr. Eduardo Tobar.
En este lugar se realizaron los primeros trasplantes de órganos. El primero fue en 1966, correspondiente a trasplante renal de un donante cadáver, para después realizar el primer trasplante renal con una persona viva en 1968. Además, durante las décadas de los 70′s y 80′s, en el recinto hospitalario surgieron los primeros exámenes de especialidades en hematología para tratar leucemias, y también comenzaron a realizarse las primeras operaciones al corazón.
En los últimos años, y debido a la pandemia de Covid-19, el hospital universitario redireccionó su funcionamiento, modificó su estructura y amplió su capacidad de camas críticas para enfrentar la crisis sanitaria. Ya en junio de este año recopilaron toda la experiencia pandémica y publicaron el libro “Tiempos de pandemia Covid-19: la reconversión del Hospital Clínico Universidad de Chile”.
Ante este hito de aniversario, la rectora de la Casa de Bello, Rosa Devés, manifestó que “todas y todos quienes trabajamos en la Universidad de Chile, especialmente quienes lo hemos hecho por largos años, comprendemos profundamente el significado de su carácter republicano, el que ha marcado nuestras vidas, nuestra forma de entender el mundo y la academia. El compromiso de la universidad con el país, ese sentido misional profundo, se expresa en la forma en que de cada uno y cada una de nosotros enfrenta la labor que realiza cada día, y nos vuelve comunidad”.
Asimismo, la autoridad universitaria reconoció el aporte que ha realizado el hospital clínico, al formar a miles de médicos especialistas durante estos 70 años de existencia. “Estamos y estaremos trabajando junto a ustedes en los desafíos que buscan potenciar al Hospital tanto respecto del rol asistencial, como académico. Estaremos caminando juntos para que se exprese al más alto nivel aquello que lo distingue como la institución única que es capaz de brindar asistencia en salud, al mismo tiempo que forma y genera conocimiento”, agregó.
Proyecciones y desafíos
Según explica el Dr. Tobar, la importancia de estos hospitales universitarios es bastante reconocida a nivel global, ya que concentra una gran capacidad formadora en un centro asistencial. “Muchos de los profesionales que formamos van principalmente a desenvolverse al sector público, y en el transcurso de sus carreras también van hacia el sector privado”, enfatiza.
De acuerdo a sus palabras, actualmente el Hospital Clínico de la Universidad de Chile forma entre el 30% y el 35% de los especialistas que se forman en áreas de especial relevancia y escasez en el sistema sanitario, como es imagenología, anestesiología, pacientes críticos, entre otras. Lo que sí, Tobar reconoce que existe una paradoja en la formación de especialistas, ya que esto lo hace más costoso en términos económicos, y por tanto pone a la institución en desventaja frente a otras clínicas.
“Los hospitales universitarios tienen dos problemas clásicos. El primero son los sistemas de gobernanza, de qué manera nos gestionamos para ser lo más eficiente posible, combinando el doble objetivo de la función formadora y asistencial de nuestros pacientes. La otra problemática tiene que ver con los sistemas de financiamiento, porque si tienes en una cirugía a diez profesionales ya formados, eso sería mucho más rápido, más eficiente, pero no estás formando”, detalla Tobar.
Sin embargo, actualmente prácticamente en todos los hospitales y clínicas existen especialistas en formación. No obstante, según expresa el Dr. Tobar, “la gran diferencia tiene que ver con la densidad y la cantidad de actividades formadoras que nosotros realizamos. Actualmente tenemos más de un estudiante del programa de título especialista por cama operativa”.
En este escenario, desde el hospital universitario impulsan desarrollar un proyecto de ley que establezca una relación formal entre el centro asistencial y la red pública de salud. “Este proyecto de ley, que esperamos ingrese a trámite legislativo próximamente, cautela nuestra autonomía universitaria y nos articula de mucho mejor forma que el día de hoy con los pacientes del seguro público. Contempla en términos generales contribuir a resolver las dificultades sanitarias del área Norte de Santiago, mediante la asignación de un territorio con su población, y a la vez, en aquellas áreas donde el Ministerio de Salud considere relevante, ser un centro de derivación de patologías complejas, donde la oferta de los hospitales públicos es insuficiente. Respecto a los mecanismos de pago, el PDL incorpora el pago asociado a prestaciones por los mecanismos habituales, más el reconocer las particularidades de nuestro Hospital universitario público, único en el país, por su aporte en formación y generación de conocimiento”, agregó Tobar.
Cabe destacar que hasta 1994, el Hospital Clínico de la Universidad de Chile perteneció a la red pública de salud. De llegar a buen puerto, las autoridades de este hospital proyectan que a partir de 2024 podrían entrar a funcionar bajo un convenio tripartito suscrito por la universidad, Fonasa y el Ministerio de Salud.