A igual tarea, productividad, edad, experiencia y adjudicaciones a fondos, investigadoras en Chile reciben un salario 11% inferior al de sus colegas hombres
Estudio de la Subsecretaría de Ciencia a investigadores hombres y mujeres que postularon a programas de financiamiento público para investigación durante el período 2000-2019, determinó que el 77% de esa brecha se explica porque el mercado discrimina en favor de los hombres al momento de valorar algunas características.
La carrera científica y de investigación para hombres y mujeres no debería presentar diferencias. Eso es en teoría. Pero la realidad es muy diferente. La evidencia empírica revela diferencias de género significativas en la productividad total y el impacto de las carreras académicas en los campos de ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas (STEM).
Las mujeres están subrepresentadas en la mayoría de las disciplinas científicas. Publican menos artículos a lo largo de su carrera. Y su trabajo adquiere menos citas.
Un escenario preocupante. Si la brecha de género en STEM no se cierra pronto, advierten especialistas, es muy probable que la brecha general de género en todos los ámbitos se amplíe.
En Chile, las investigadoras enfrentan muchas barreras. Así lo establece un nuevo estudio que aporta datos inéditos: A igual tarea, productividad científica, edad, años de experiencia en la actividad de investigación, y adjudicaciones previas al Fondef y/o Fondecyt (entre otros factores), las mujeres reciben un salario 11% inferior al de sus colegas hombres.
Los datos provienen del estudio “Evaluación de brechas de género en la trayectoria de investigación”, de la Subsecretaría de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación, que evaluó y cuantificó la existencia de barreras de género en las mujeres investigadoras beneficiarias de programas públicos en Chile, y analizó las dificultades que enfrentan para acceder a fondos públicos para investigación; para progresar en la carrera de investigación; y, por último, para acceder a un ingreso equitativo.
El trabajo, para analizar las mencionadas barreras, consideró a investigadores hombres y mujeres que postularon a los programas de financiamiento público para investigación Fondecyt y Fondef de la Anid durante el período 2000-2019. Se consideró información de investigadores postulantes; el historial de productividad académica recopilada de los repositorios de Web of Science y Scopus; información sobre salarios proveniente de la base de datos de la Administradora del Fondo de Cesantía; y Encuesta de Trayectoria de Profesionales con grado de doctor en Chile.
Carolina Torrealba, Subsecretaria de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación, resalta que el estudio, dirigido por la Oficina de Estudios y Estadísticas de la Subsecretaría de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación, y elaborado por los consultores externos Jocelyn Olivarí y Mariano Peña; es inédito en cuanto al análisis de información, y muestra que las mujeres se enfrentan a varios obstáculos a la hora de acceder a fondos públicos para investigación.
El estudio se enmarca dentro de la primera Política Nacional de Igualdad de Género en Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación, cuya finalidad es alcanzar, por medio de una serie de acciones, la igualdad de género en el sistema CTCI durante el 2030.
Esta política, explica Torrealba, busca incrementar la participación femenina en la investigación y desarrollo que se impulsa en el país. En esa línea, y para desarrollar políticas públicas que tengan un real impacto, añade “es necesario contar con la mayor cantidad de información que nos permitan impulsar iniciativas que contribuyan a efectivamente cerrar las brechas de género existentes en el sistema”.
Acceso a fondos y carrera
¿Existen barreras para las mujeres al acceso a fondos públicos para investigación? El estudio determinó que sí. El sistema de financiamiento a la investigación científica en Chile no trata de igual manera a hombres y mujeres. “Si bien la asignación de subsidios para investigación se realiza en base a una regla que neutral al género, se halló evidencia que sugiere que el proceso de evaluación de proyectos no es justo con las investigadoras”, detalla.
Los datos muestran que a igual trayectoria de productividad científica y antigüedad en la carrera de investigación (entre otros factores), los proyectos presentados por mujeres reciben sistemáticamente un menor puntaje.
A igualdad de experiencia, grado de formación académica, nivel y evolución de productividad científica, una “investigadora promedio” que postula por primera vez a un subsidio del Fondecyt recibe menos puntaje que sus colegas hombres. Un resultado que se mantiene para la línea de Fondecyt Iniciación. Al evaluar todas las postulaciones la evidencia apunta en la misma dirección: las mujeres reciben sistemáticamente un menor puntaje en sus proyectos.
Los datos y testimonios recolectados en este estudio reflejan, resalta Torrealba que el sistema de financiamiento a la investigación científica en Chile no está evaluando de igual manera a hombres y mujeres. “Esto es algo que en el mediano y corto plazo se debe mejorar, ya que, si bien existe una asignación de subsidios para investigación de Fondecyt en base a una regla neutral de género, el resultado sugiere que la etapa de evaluación de proyectos no está siendo género neutral”,
Y si de progresión dentro de la carrera de investigación científica se trata, la evidencia sugiere también la existencia de limitaciones que impiden progresar a las mujeres en la carrera de investigación científica. “Las brechas por género en el proceso de evaluación de proyectos implican que la probabilidad de transición entre un Fondecyt-Iniciación y un Fondecyt-Regular no sea equitativa entre hombres y mujeres”, destaca el estudio. Por otro lado, añade “se encontró evidencia respecto a que las mujeres con grado de PhD tienen menos probabilidad de involucrarse en tareas de investigación científica, y además, tienen más probabilidad de abandonarla una vez que ingresan a ella”.
Uno de los testimonios de investigadoras que recoge el estudio, revela esas dificultades: “Para poder investigar necesitas estar 15 o 16 horas al día necesariamente, y por lo menos de lunes a viernes, o sábado, solo concentrada en eso. Porque la investigación no es lineal. Pero cuando tienes hijos, no tienes las 16 horas seguidas”.
Las investigadoras mujeres no solo tienen una mayor probabilidad de abandonar la carrera de investigación que los investigadores hombres, además, dice el estudio, tienen menor probabilidad de acceder a un contrato indefinido.
“Es como una especie de rueda de hámster porque en la carrera académica se va cumpliendo por objetivos, en la medida que más publiques, mejor eres, y más posibilidades tienes de seguir publicando. Y cuando la cosa es así, se te desordena la vida porque a veces no tienes fines de semana, te quedas hasta muy tarde trabajando, tienes viajes, es una vida un poco desordenada. Y creo que para los hombres es más fácil tener una vida desordenada que para las mujeres, excepto para una mujer que no tenga responsabilidades familiares”, reconoce otra investigadora en el estudio.
Brecha salarial
“Las universidades te pueden mostrar que pagan lo mismo en términos del sueldo base, pero las remuneraciones no se componen únicamente por el sueldo base. Y eso es lo que genera la inequidad”, reconoce uno de los testimonios de mujeres en el trabajo, lo que da cuenta que la discriminación contra las investigadoras también se manifiesta en obstáculos para acceder a un ingreso salarial justo.
A igual tarea, dice el estudio, productividad científica, edad, años de experiencia en la actividad de investigación, y adjudicaciones previas al Fondef y/o Fondecyt (entre otros factores), las mujeres investigadoras reciben un salario 11% inferior al de sus colegas hombres.
La brecha salarial es mayor en las áreas STEM (-16%). Además, dos características del empleador caracterizan esta brecha: Cuando las mujeres trabajan para un empleador que no pertenece al sector tradicional de enseñanza (-14%) y cuando el empleador se ubica en la Región Metropolitana o de Valparaíso se observan brechas de dos dígitos (-10%y -12%).
“Los hombres son más proactivos y piden asignaciones extras cuando tienen que hacer algo adicional. En cambio, las mujeres, o yo porque soy tonta, hago lo que me piden. Y casi doy las gracias porque me piden hacer algo”, admite una investigadora.
La evidencia sugiere que apenas un 23% de esta brecha es explicada por diferencias relativas en sus características observables, como por ejemplo, que las mujeres publican en promedio menos artículos que los hombres.
En cambio, el 77% de esa brecha se entiende porque el mercado discrimina en favor de los hombres al momento de valorar algunas características. En efecto, dice “la discriminación contra las mujeres pareciera ser más fuerte dentro de las disciplinas STEM y aumentar entre los investigadores con mayor experiencia”.
Todos estos datos, señala Torrealba, muestran que es más necesario que nunca seguir avanzando en los objetivos que impulsa la primera Política Nacional de Igualdad de Género en Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación, respecto a igualar las oportunidades y condiciones para las mujeres investigadoras. “Esta política busca ser un punto de inflexión, para que de acá al 2030 nuestro país se enorgullezca de contar con igualdad de oportunidades y trato para hombres y mujeres en las áreas asociadas a la ciencia, tecnología, conocimiento e innovación”.
Para Adriana Bastías, bioquímica, Dra. en Ciencias mención Ingeniería Genética Vegetal, académica Universidad Autónoma, y presidenta de la Red de Investigadoras, señala que es de gran importancia contar con estudios como estos que provengan del Ministerio de Ciencias. “Como Asociación desde nuestras encuestas también hemos visto gran parte de estos resultados, existen estudios de investigadoras nacionales (algunas nuestras socias) que han mostrado esta realidad y también se observan en estudios internacionales, pero para cierto sector de la academia siempre será más ´serio´ que lo hagan desde el Ministerio con datos nacionales”.
Si bien el estudio señala que hay una brecha importante en el inicio de la carrera y cómo se evalúan sus proyectos con respecto a la progresión en la carrera académica, Bastías indica que sería interesante un análisis cuantitativo de cuántas mujeres que obtuvieron beca de doctorado no obtuvieron postdoctorado, o si lo obtuvieron, no obtuvieron Fondecyt de iniciación y lo mismo con el Fondecyt regular, “para determinar con datos en dónde se producen los mayores abandonos en la carrera de investigación”.
En este contexto, subraya Torrealba es necesario asegurar que los supuestos de neutralidad y meritocracia en políticas públicas de financiamiento a la investigación, “efectivamente se cumplan y que no se incurra en sesgos o discriminación que perjudiquen a las mujeres investigadoras”.
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