A seis meses de contagiarse, la mayoría de los pacientes recuperados aún tienen secuelas del coronavirus
En el estudio más extenso hasta ahora, se reveló que muchos pacientes evidencian fatiga o debilidad muscular, insomnio, ansiedad, depresión o problemas renales, entre otros. Además, los anticuerpos neutralizantes del virus disminuyeron a más de la mitad, con el consiguiente riesgo de reinfección. Un experto señala que en los próximos años, los pacientes con secuelas sean similares a los de la poliomelitis o tuberculosis.
De los poco más de 91 millones de infectados de coronavirus desde el inicio del brote en China en diciembre de 2019, más de 65 millones de personas se han recuperado. Sin embargo, para muchos este proceso podría conllevar más de alguna molestia.
Así lo revela el análisis más extenso realizado hasta la fecha en relación a la recuperación de la enfermedad, afirmando que en tres cuartas partes de los pacientes al menos una de las secuelas permanece a seis meses de contagiarse por primera vez, sino que además debido a la caída de los niveles de anticuerpos, muchos podrían volver a infectarse con coronavirus.
El estudio, publicado en la revista científica The Lancet, consideró a 1.733 pacientes de un promedio de 57 años, dados de alta en el hospital Jin Yin-tan en Wuhan entre enero y mayo de 2020. Se sometieron a un examen médico entre junio y septiembre y respondieron a un cuestionario sobre sus síntomas y calidad de vida, así como pruebas de laboratorio.
Según el estudio, el 76% de los pacientes que participaron en el seguimiento (1.265 de 1.655) dijeron que seguían teniendo síntomas. Un 63% se quejó de fatiga o debilidad muscular, mientras que el 26% tuvo problemas para dormir. Además, se manifestó ansiedad o depresión, e incluso algunos pacientes desarrollaron problemas renales tras recibir el alta hospitalaria. En tanto, los pacientes con condición más grave presentaron con mayor frecuencia alteraciones en la función pulmonar y anomalías en las tomografías del tórax.
El estudio también incluyó a 94 pacientes cuyos niveles de anticuerpos en sangre fueron registrados en el punto álgido de la infección. Seis meses después, sus niveles de anticuerpos neutralizantes contra el virus habían caído a más de la mitad.
“Como el covid-19 es una enfermedad nueva, estamos empezando a comprender algunos de sus efectos a largo plazo sobre la salud de los pacientes”, comenta el profesor Bin Cao, vice-director del National Clinical Research Centre for Respiratory Diseases en China y autor principal del estudio, destacando la necesidad de atención médica tras recibir el alta especialmente para pacientes que tuvieron infecciones graves.
“Nuestro trabajo también destaca la importancia de realizar estudios de seguimiento más prolongados en poblaciones más grandes para comprender el espectro completo de efectos que la covid-19 puede ocasionar a las personas”, agregó.
Consecuencias
Estudios anteriores habían estado limitados por el tiempo y el número de casos. Una estimación de julio de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades dijo que 1 de cada 3 personas aún tenían síntomas que persistían durante dos o tres semanas. Por otro lado, una encuesta realizada en el Reino Unido concluyó en noviembre que 1 de cada 5 personas padecía síntomas que duraban cinco semanas o más; y 1 de cada 10 dijo que sus problemas duraron 12 semanas o más.
Por ello, el Dr. Mario Calvo Arellano, infectólogo, académico y director del Instituto de Medicina de la Universidad Austral de Chile, no se muestra sorprendido por el estudio. Cuenta que “en febrero del año pasado vimos a pacientes que por el tamaño de sus lesiones en el área pulmonar, suponíamos que tendrían secuelas. Posteriormente en junio, revistas científicas ya mencionaban casos de gente quejándose de dolores al pecho, malestar general, fatiga, alteraciones del ánimo, cansancio y falta de aire, dando a entender que si bien muchos médicos habían estimado que se trataba de causas psicológicas por efecto de la pandemia, no podía ser que algo tan masivo tuviese ese origen, y debía existir una base orgánica. Era imposible que esto fuese parte de su imaginación”.
“Después comenzaron a salir publicaciones estimando el pronóstico al mes y la persistencia de los síntomas, encontrando además que la cantidad de gente que no había vuelto al trabajo, incluso tras un episodio de Covid leve, era muy alta -sobre el 20%-, mucho más que uno espera en una gripe o en casos similares. Y por ejemplo, pacientes bajo el estándar normal en el test de caminata de seis minutos, 1/4 de los pacientes que ni siquiera usaron oxigeno al contraer el virus daban mal la prueba”, sostiene.
El Dr. Calvo, también miembro del Consejo Asesor científico para la estrategia de vacuna Covid-19, asevera que existe una tendencia en relación a qué tan grave es la enfermedad en el paciente y las secuelas, algo que ha visto en su experiencia en este último tiempo: “los pacientes leves a las cuatro semanas están bien, pero hay casos con molestias como fatiga, falta de aire, artritis, o alteraciones del gusto y el olfato que no vuelven a ser los mismos de antes de enfermarse. Incluso recuerdo el caso de un paciente deportista que nunca pudo retomar su rendimiento habitual, a pesar de haber sido ambulatorio”.
“Por otro lado, hay otra secuela de pacientes graves con ventilación mecánica y cuadros pulmonares inflamatorios con secuelas de fibrosis, y a veces los pacientes están con disnea (ahogo) pero se ven bien. En este caso, estos estudios nos han ayudado a entender la enfermedad y extender las licencias médicas”, añade.
Finalmente, Calvo subraya la incertidumbre sobre las consecuencias a largo plazo de la pandemia en la salud.
“Nosotros tenemos algunos pacientes secuelados de poliomelitis y un número importante de tuberculosis, así que es posible que una vez que superemos la pandemia hablemos de los pacientes secuelados de Covid. No creo que sea un número alto, pero sí un porcentaje significativo”, sentencia.
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