Todos los esfuerzos sanitarios hoy están enfocados en la pandemia por Covid-19. Pero existe otra con mucha más historia en el mundo, la epidemia del Virus de la Inmunodeficiencia Humana (VIH).
En 2019, según datos del Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/Sida (ONUSIDA), a nivel mundial 690.000 personas murieron de enfermedades relacionadas con el Sida y 38 millones de personas vivían con el VIH.
Dentro de las estrategias de prevención destaca una como la más revolucionaria: la profilaxis pre-exposición (PrEP). Una combinación de dos fármacos antirretrovirales (ARV), en un solo comprimido oral el cual reduce el riesgo de adquirir el virus durante las relaciones sexuales en más del 90% de los casos.
En 2016 se comenzó a administrar la PrEP a unas 100 mil personas a nivel mundial, la mayoría de ellas en Estados Unidos.
En Chile hace un año se implementó el programa público de la Profilaxis Pre-Exposición (PrEP), estrategia de prevención eficaz del VIH, avalada por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Está orientado a personas que son seronegativas o que no viven con VIH y que tienen posibilidades de adquirir el virus debido a conductas de riesgo y parejas serodiscordantes (una de las personas vive con VIH y la otra no), donde la que vive con VIH no ha logrado la indetectabilidad, es decir, que aún puede transmitir el virus por vía sexual.
Hoy usuarios en Chile alertan sobre la dificultad de acceder a ese programa. Situación que se ha hecho más evidente en medio de la pandemia por Covid-19.
A la fecha, según datos de ONUSIDA, se han registrado solo 254 personas en el programa implementado por el Ministerio de Salud el 1 de agosto de 2019, en los nueve centros de salud habilitados para ello.
Un programa que cuando fue lanzado se indicó estaría implementado a nivel nacional y que cerca de 5.000 personas accederían a él a través del sistema público, durante el primer año de su puesta en marcha.
Poca difusión
Noelio Peña, de la Asociación de jóvenes y adolescentes positives Cevvih, al ir al Hospital Lucio Córdova por la primera dosis de la vacuna contra la Hepatitis A, preguntó en la Unidad de Atención y Control de Salud Sexual (UNACESS) sobre el programa PrEP. Un amigo quería continuar el tratamiento que había iniciado en Estados Unidos el 2019 de manera gratuita mientras estudiaba un magíster.
“Va a tener que venir a finales de noviembre, desde abril que no me abren la agenda porque los infectólogos están puro viendo Covid. Solo nos dan un cupo al día así que tiene que venir tempranito”, fue la respuesta que recibió, relata Peña.
¿La población clave podría no están interesada en tomar PrEP? Es una interrogante que Peña plantea viable. Pero fuera de las redes sociales del Minsal, la disponibilidad de este tratamiento preventivo para el VIH no fue comunicado, “por ninguna vía”, asegura.
Pudieron ver algunos pósters en los diarios murales de las UNACESS. Otros en áreas de infectología en los hospitales de Chile. Pero ¿quién tiene acceso a estos murales?, cuestiona Peña: "Principalmente las personas que ya vivimos con VIH. ¿De qué nos sirve saber que existe una pastilla preventiva para el VIH si nosotres ya vivimos con el virus?”.
“No han sido muchas las personas que se han acogido a este plan, aun cuando hay nueve centros en el sistema público, tanto en Santiago como en regiones”, detalla Alejandro Afani, inmunólogo director del Centro de VIH del Hospital Clínico de la U. de Chile y académico de de la Facultad de Medicina de la U. de Chile.
Lo esperado ha sido bastante inferior a lo que se pensó inicialmente, indica Afani, “considerando la epidemiología que tenemos en cuanto al número de casos nuevos, los que se han concentrado en gente joven y en hombres que tienen sexo con hombres”.
En Chile, el reporte mundial sobre el VIH 2019 de ONUSIDA indica que 71 mil personas en el país viven con VIH. Una cifra que implica un aumento respecto al 2017, cuando se registraron 67 mil casos.
Peña personalmente acudió a consultorios de las regiones Metropolitana, de Valparaíso y del Maule, y constató que pese a que estaba pegado el póster, el personal desconocía en qué consistía el programa.
La información no estuvo donde tenía que estar. Discos, bares, universidades, estaciones de metro y paraderos por toda la ciudad. “Esos eran los lugares”, dice Peña.
La información no llegó a quienes tenía que llegar, Peña aclara, jóvenes que tienen sexo con otros jóvenes. "Para qué hablar de la población general, el programa no fue anunciado ni por televisión ni por radio. Puedo entender que en esa primera fase era tan solo un programa piloto pero, ¿qué pasó después?”, destaca.
Hay que potenciarlo mucho más. Para Afani lo que ha fallado, ha sido la falta o ausencia de difusión al tema, focalizando en la población blanco.
La mayoría de la gente, incluso personal de la salud, no sabe lo que es el PrEP. Los jóvenes que saben, dice Afani, han viajado al extranjero, o tienen algún amigo que está en PrEP, o lo han visto en las redes, "pero realmente no porque se haya informado en una campaña comunicacional especial o porque haya habido una información dirigida y focalizada. Estamos en deuda en ese tema”.
Las cifras están lejos de lo que se esperaría, admite el especialista de la U. de Chile que personalmente atiende a aproximadamente 300 personas que hoy están recibiendo PrEP en el sistema privado. Y en los nueve centros en el sistema público en que se implementó el PrEP, hasta el año pasado no llegaba a 300 en total, "una cifra bastante precaria con respecto a lo esperado”.
Para Lucas Núñez, encargade de Comunicaciones de la Asociación de jóvenes y adolescentes positives Cevvih, una de las principales falencias ha sido la falta de difusión. La PrEP ha sido efectiva en otros países debido a las bases que tienen en educación sexual y afectiva, dice, y por "la facilidad para el acceso a las herramientas y la constante difusión de materiales y productos que poseen estrategias comunicacionales más claras que en Chile”.
Efecto pandemia
El programa ministerial de PrEP es hasta ahora bastante acotado, "porque se está ejecutando sólo en nueve centros a lo largo del país, de los cuales seis están ubicados en Santiago y sólo tres en provincias”, explica Rodrigo Blamey, Infectólogo de la Clínica Las Condes.
Hay intenciones de expandir el acceso a PrEP a todo el sistema público. Sin embargo, eso no se ha concretado, asegura Blamey.
"La cifra que da ONUSIDA corresponde como a un 50% del total de ingresos durante el primer año. Lo que pasa con los pacientes que están en los programas de PrEP es que la persistencia en el tiempo es variable y va disminuyendo”, indica Blamey, y tener 50% de retención a un año plazo está dentro de los rangos reportados por otros países.
Probablemente esa cifra no ha aumentado este año debido a la pandemia, agrega Afani, “pero habrá que estar alerta de acá en adelante, ya que las personas comienzan de a poco a hacer su vida normal y por cierto también a normalizar la actividad de su vida sexual”.
También en la adherencia a las terapias antirretrovirales (TARV) ha sido compleja. Una encuesta de Cevvih reveló que pandemia un 40% de los consultados recibió su TARV sólo para un mes, a pesar del llamado de ONUSIDA a los Gobiernos a poner a disposición de los grupos de población clave el cuidado y el apoyo para el VIH en estos meses.
El el mayor escollo, Blamey indica, es que solo hay nueve centros. No se ha podido expandir. Las cifras de ONUSIDA sólo revelan la situación del sistema público de salud, dice, pero el PrEP está disponible desde antes en el sistema privado, "aunque no hay estadísticas de cuántos pacientes están usando PrEP en el sistema privado, existen bastantes más usuarios probablemente”.
“La despreocupación por parte del Ministerio en consolidar este programa y promoverlo a nivel nacional a través de una campaña comunicacional masiva, solo da cuenta de que seguimos llegando tarde a la respuesta al VIH, y que los nuevos diagnósticos no son fortuitos. Debemos anticiparnos, debemos prevenir, debemos llegar a tiempo”, subraya Peña.
La población general lo desconoce. Pero los médicos no especialistas y el personal de salud tampoco están vinculados al tema. “En general poco o nada sabe lo que es el PrEP”, sostiene Afani.
Un tema relevante, que requiere una campaña comunicacional potente y focalizada. Que debe ser conducida, añade, desde el nivel central de la autoridad sanitaria, para informar al personal de la salud, a la población general, con foco en la población blanco, donde se han concentrado los nuevos casos de VIH en los últimos años.
“Con esas campañas se va a incrementar de manera importante el número de personas que usan PrEP. Está científicamente demostrado que el uso de medicamentos, en personas que tienen conductas de alto riesgo, se logra reducir la transmisión del VIH en más de un 90% a 95% de los casos”, subraya Afani.