El 13 de agosto de 2014, la matemática iraní Maryam Mirzakhani se convirtió en la primera mujer y la primera persona de su país en obtener la Medalla Fields, considerada el Nobel de las Matemáticas, otorgada a investigadores menores de 40 años.
Tres años después un cáncer le arrebató la vida y desde 2018, la fecha de su cumpleaños -12 de mayo- sirve para celebrar el Día Internacional de las Mujeres en Matemáticas. Una fecha que ha ido tomando relevancia en nuestro país y que esta semana sumó una serie de actividades, charlas y entrevistas de diversas mujeres matemáticas que aprovechan esta instancia para generar sinergias, colaboraciones y conciencia sobre las brechas que persisten.
En Chile las cifras son decidoras: Los resultados de PISA 2023 muestran una brecha de género de 16% en competencias matemáticas a favor de los niños, solo el 30% de la matrícula en carreras STEM corresponde a mujeres y aproximadamente el 35% de la fuerza laboral en estas áreas está compuesta por mujeres, quienes también reciben un salario menor que los hombres en igualdad de condiciones. En Matemáticas las cifras son aún más bajas.
¿Qué factores influyen? Creo que todavía hay muchas creencias sobre que a las mujeres no nos interesan las matemáticas o bien no somos tan buenas como los hombres. Éstas alimentan la brecha y la resistencia de algunas personas a hacer cambios, tanto en la educación matemática como en el quehacer matemático mismo. Los sesgos y diferencias parten desde la infancia y continúan a lo largo de la escolaridad y en la universidad. Los mensajes que damos en la infancia, las expectativas y las motivaciones van marcando el camino de alejamiento de las matemáticas (y en general de las áreas STEM), tanto en la casa como en la escuela, sobre todo con esas creencias.
Metodologías Educativas
Así desde una edad temprana, las diferencias en la socialización de niños y niñas, así como los estereotipos de género presentes en la enseñanza y la crianza, contribuyen a la construcción de barreras que alejan a las mujeres de las matemáticas y de las áreas STEM en general. A su vez, dice que la enseñanza centrada en la competencia individual y el enfoque en obtener resultados rápidos y mecánicos, distan mucho del verdadero quehacer matemático.
En su experiencia, el trabajo profesional en matemáticas requiere colaboración, comprensión profunda de los conceptos y los procesos, más que simplemente alcanzar respuestas correctas. Sin embargo, estas prácticas no siempre se reflejan en el aula, lo que perpetúa las brechas de género. Los procesos pueden ser super lentos y un artículo de investigación puede costar un año o más para ser terminado.
Entonces, ¿Por qué eso no se ve reflejado en el aula? Necesitamos que las estrategias educativas consideren ese quehacer matemático, que se conecte con nuestra cultura y lo cotidiano, y que promueva la colaboración y los procesos. Diseñar evaluaciones que sean coherentes con eso y con la diversidad en las aulas parece indispensable.
Formación Docente y Perspectiva de Género
En ese sentido la formación del profesorado desempeña un papel fundamental en el abordaje de estas brechas y la promoción de la diversidad e inclusión en las aulas. La dra. Jiménez destaca la importancia de que los formadores de profesores reflexionen constantemente sobre sus prácticas, trabajando activamente para eliminar los sesgos de género y visibilizar los aportes de las mujeres y las diversas identidades en el campo de las matemáticas.
El profesorado tiene un rol clave para abordar estas temáticas y para tener prácticas de trabajo que se preocupen de estas brechas, de la diversidad e inclusión. Hay varias tareas pendientes que serán tomadas justamente por las nuevas generaciones de docentes, así que la formación que propongamos quienes estamos en esa labor es crucial.
Como coordinadora de Pedagogía en la Facultad de Ciencias de la Universidad de Chile dice el equipo docente reflexionó y discutió sobre el tema para dar forma a una carrera donde las matemáticas se ven resignificadas para su enseñanza e integradas con la didáctica de la disciplina, logrando buenos resultados.
Se han discutido y planteado varias iniciativas de evaluaciones diversas para valorar los procesos de razonamiento y habilidades diversas de estudiantes y de verdad hace la diferencia, sobre todo en primer año donde la deserción ha sido un tema de preocupación de la Educación Superior, en general. Esto hace la diferencia y en rendimiento, por ejemplo, no se observan diferencia por género y hay mucho más altos índices de aprobación que antes para todos/as.
Barreras en la academia
Aunque actualmente se observa un aumento en la participación de mujeres en el campo de las matemáticas, Leslie Jiménez reconoce que aún queda un largo camino por recorrer hacia la paridad de género. Políticas y proyectos estatales ofrecen apoyo y financiamiento para promover la participación de las mujeres en STEM como inEs Género y Ciencia 2030. Sin embargo, persisten desafíos como la falta de reconocimiento de actividades interdisciplinarias y de liderazgo no convencional en matemáticas, así como barreras en la adjudicación de los principales fondos concursables, como Fondecyt.
Se ve un claro aumento de mujeres dedicándose al campo, lo cual es positivo y permite tener espacios más definidos de trabajo, colaboración y redes. Sin embargo, estamos lejos de lograr paridad, o incluso un 40%. Desde la institucionalidad hay varias iniciativas con financiamiento, donde se garantiza un porcentaje de adjudicación a mujeres o concursos exclusivos, pero no pasa lo mismo con los Fondecyt Regular, principal fuente de financiamiento para académicos/as con más de 10 años de obtenido el doctorado. De hecho, el año 2024 la adjudicación fue para 1 mujer de 30 proyectos en total.
¿A qué se debe esa brecha? Conozco a varias colegas que les ha interesado la interdisciplina y se han ganado proyectos grandes, han investigado en áreas distintas a las matemáticas por un tiempo y luego al volver no ganan Fondecyt, porque su productividad en matemáticas ya no alcanza los números competitivos, incluso teniendo artículos de calidad en otras áreas (no contadas en matemáticas).
En mi experiencia he observado a mis colegas y profesoras, incluso yo misma, hacer muchas cosas y tener muchos intereses en torno a las matemáticas, pero que salen del camino tradicional de hacer solo una cosa e investigar en una sola línea. Eso es castigado de varias maneras. Se les da poco valor a las actividades de divulgación y vinculación, donde siempre me encuentro en salas llenas de mujeres académicas queriendo vincularse con la sociedad, e incluso a las maneras de liderar en los cargos de gestión, que se ve castigada por no ser la forma más tradicional. Así que me cuesta dar una respuesta más definitiva. Hay mejoras, pero también mucho por hacer.
*Leslie Jiménez es académica de la Facultad de Ciencias de la Universidad de Chile, coordinadora docente de la carrera de Pedagogía en esa facultad, divulgadora científica y una de las 24 mujeres seleccionadas por el Ministerio de Ciencia para su libro Inspiradoras STEM. A fines de 2023 se adjudicó un Fondecyt de Iniciación en el que busca indagar por qué los chilenos y chilenas le alejan de las matemáticas. Especialmente las mujeres.