Las comidas especiales se encuentran entre los placeres de las celebraciones navideñas. Sin embargo, para las personas con enfermedades digestivas o aquellas que se exceden en cantidad y mezcla, las comidas de las fiestas de Fin de Año, pueden producir rápidamente la versión alimentaria de una resaca. El doctor James East, gastroenterólogo de Mayo Clinic Healthcare en Londres, explica por qué a veces sucede esto y cómo podemos hacer para disfrutar del menú sin que afecte a nuestro sistema digestivo.

¿Por qué se producen la indigestión y la acidez estomacal? La indigestión, o el malestar estomacal, pueden ser causados por comer en exceso; comer alimentos fritos, grasosos o picantes; consumir demasiada cafeína, chocolate, alcohol o bebidas carbonatadas; fumar; tener ansiedad y por tomar ciertos medicamentos, como algunos antibióticos, analgésicos y suplementos de hierro.

También puede ser síntoma de una enfermedad digestiva subyacente, como pancreatitis, enfermedad celíaca, síndrome del intestino irritable o gastritis.

Mientras que la indigestión implica un malestar en la parte superior del abdomen, la acidez estomacal es un dolor en el pecho detrás del esternón.

“La acidez estomacal es causada por el contenido ácido del estómago que se mueve hacia el esófago, que es mucho menos resistente al ácido”, explica el gastroenterólogo. “Esto provoca irritación y daño en el revestimiento del esófago, literalmente una quemadura, que causa dolor”.

Al igual que la indigestión, la acidez estomacal puede ser causada por comidas abundantes, fritas, grasosas o picantes, el chocolate, el alcohol, las bebidas carbonatadas y la cafeína. Aunque la lista de alimentos relacionados con la acidez estomacal es más larga: la cebolla, los cítricos, los alimentos a base de tomate y la menta también son culpables.

La acidez estomacal crónica se conoce como enfermedad por reflujo gastroesofágico.

“El anillo de músculo en la parte inferior del esófago generalmente se comprime con fuerza, excepto cuando tragamos alimentos; sin embargo, puede debilitarse con la edad o verse afectado si los pacientes desarrollan una hernia de hiato”, explica East. “Las afecciones que ralentizan el vaciamiento gástrico, como la gastroparesis, o aumentan la presión dentro del abdomen, como la obesidad o el embarazo, también aumentan las probabilidades de tener reflujo”.

Más irritantes

Según East las comidas de las fiestas que parecen benignas pueden representar un peligro para las personas con enfermedades digestivas.

Por ejemplo, los productos lácteos, el alcohol, la cafeína y las comidas abundantes pueden hacer que las personas con enfermedad inflamatoria intestinal se sientan peor.

Los alimentos pegajosos como la mantequilla de maní y el caramelo, los líquidos poco espesos como el café y el jugo, y el alcohol, la cafeína o las comidas abundantes pueden presentar una dificultad para las personas con trastornos de deglución, conocidos como disfagia. Un menú que carece de fibras, como los que contienen muchos alimentos procesados, carnes y productos lácteos, puede empeorar el estreñimiento crónico.

Evitar las frutas y verduras crudas, las bebidas carbonatadas, el alcohol y las comidas abundantes es recomendable para las personas con gastroparesis, una enfermedad de la motilidad o del movimiento de los alimentos que ralentiza o detiene la capacidad del estómago para mover los alimentos en el tracto digestivo.

Prevención

“Las opciones de alimentos con bajo contenido de grasa son útiles para muchas enfermedades digestivas, al igual que las bebidas no alcohólicas”, dice experto. “Las bebidas descafeinadas son útiles para algunos pacientes, al igual que es conveniente tener un control razonable de las porciones para que los invitados no se sientan presionados a comer en exceso”.

“Tomar antiácidos o incluso medicamentos inhibidores del ácido, como el omeprazol, puede reducir los síntomas de manera preventiva, pero no debe ser una excusa para excederse”, explica. “Aunque estos medicamentos reducen el ácido, no ayudan con el volumen o el componente de regurgitación del reflujo, por lo que comer en exceso igual puede dar lugar a síntomas incómodos”.

“Moderarse tanto en la comida como en el alcohol y disfrutar de la variedad de platos disponibles de su anfitrión es una mejor estrategia que tomar medicamentos adicionales”, afirma el Dr. East.

¿Ansiedad y estrés?

“La ansiedad y el estrés juegan un papel importante en los síntomas gastroenterológicos, especialmente el síndrome del intestino irritable, que es un trastorno del eje cerebro-intestino”, explica East. “Nuestro cerebro y nuestro intestino tienen conexiones neuronales muy densas, y estar estresados o ansiosos puede hacer que los nervios intestinales se vuelvan hipersensibles y disparen señales de dolor, como calambres o hinchazón, a niveles mucho más bajos de estimulación de lo que se requeriría normalmente, lo que se conoce como hipersensibilidad visceral”.

“Las técnicas para reducir el estrés y la ansiedad, como la atención plena, la terapia cognitivo conductual o la hipnoterapia, pueden ayudar”, sostiene. El posicionamiento físico también juega un papel.

“Uno de los desencadenantes clásicos del reflujo es comer una comida grasosa y abundante al final del día, con alcohol, y luego acostarse”, dice el especialista. “Para evitar la acidez estomacal, debemos hacer lo contrario y comer la comida principal a la mitad del día, no comer dentro de las tres horas antes de acostarnos, evitar los alimentos grasos, beber alcohol con moderación y considerar levantar la cabecera de la cama”.