“Acorta la vida de las personas en 10 años”: estas son las zonas más denunciadas por iluminación molesta
De norte a sur en nuestro país existen puntos sobre iluminados con luz fría, focos encandilantes y puntos que merman la salud de las personas, la biodiversidad y la observación astronómica.
Chile volverá a ser amarillo y ámbar por la noche. Así al menos lo dice la nueva norma lumínica que entrará en vigencia a partir de octubre. Allí se deberán corregir los principales focos molestos de luz que muchas veces aparecen en un parque, fuera de un inmueble, en una calle o en un afiche publicitario.
La contaminación lumínica es un concepto que hasta hace poco era entendida solo para contextos astronómicos, donde la luz “ensuciaba” el cielo nocturno y dificultaba la observación del universo. Eso hoy va más allá, incluso a considerar que muchos puntos lumínicos pueden afectar la vida silvestre y la salud de las personas.
“Acorta la vida de las personas en 10 años”: estas son las zonas más denunciadas por iluminación molesta
¿Dónde están estos focos de contaminación lumínica? En Chile al menos durante el último año se han denunciado más de 100 lugares donde su iluminación está afectando de alguna manera a las personas. Están repartidos de norte a sur, e incluso pueden estar frente a su ventana.
Cuando se habla de contaminación lumínica, no muchos tienen conciencia de lo que significa este fenómeno, ni tampoco que investigadores de distintas partes del mundo vienen trabajando hace décadas sobre los efectos que tiene la luz artificial sobre los cielos oscuros. En nuestro país, de hecho, surgió en 1998 la primera norma lumínica emanada del Ministerio de Energía.
La tecnología de iluminación pública para ese tiempo eran principalmente las lámparas de sodio de alta presión. “Estas son cálidas de por sí, generan una luz amarilla. Entonces no había problemas, pero con la incorporación de la tecnología led empezó a incrementarse la luz azul, que se dispersa más en la atmósfera”, afirma el jefe del Laboratorio de Fotometría de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, Iván Kopaitic.
Uno de los cambios que en su momento parecía contribuir a minimizar esta contaminación fue la llegada de la iluminación led, reconocida por su eficiencia energética. Ante esto, Kopaitic precisa que este cambio realmente no fue positivo en sus inicios, puesto que la tecnología led tiene un alto contenido de luz azul, un gran problema para los seres humanos, para la astronomía y para la biodiversidad.
“Las fuentes de luz que antes eran cálidas, amarillas, pasaron a ser azules de golpe, entonces, en un comienzo pasar a la tecnología led fue un problema, pero ésta ha ido evolucionando y hoy se pueden generar luces bien cálidas. La tecnología led es una oportunidad si realmente la utilizamos bien”, destaca el académico.
A este exceso de iluminación, con incidencia que muchas veces altera el interior de los hogares se le empezó a denominar como contaminación lumínica. Esto, que corresponde a la alteración de la oscuridad natural de la noche, producto de la luz desaprovechada o innecesaria que genera el alumbrado de exteriores. Actualmente se sabe que este tipo de contaminación va en aumento, con múltiples implicancias.
En los ecosistemas, la luz desorienta a los animales nocturnos y altera los ciclos de crecimiento de las plantas y polinizadores, impactando la biodiversidad. Además, disminuye la visibilidad de las estrellas y afecta la calidad de las observaciones astronómicas, cruciales para el desarrollo de esta ciencia en Chile que se basa fuertemente en la calidad de sus cielos. Otra cosa importante también afecta la salud de las personas.
Según la Dra. Carolina Aguirre, neuróloga y directora del Centro del Sueño UC-Christus, el cerebro detecta ciertos estímulos de ausencia de luz para dar la orden de generar sueño, a través de la producción de una hormona que se llama melatonina. “Estos estímulos externos sincronizan nuestro reloj biológico con el día y la noche y por eso es tan importante que estos estímulos estén controlados”, afirma.
Pero si un haz de luz, de la calle que irrumpe a través de la ventana, entra, ese estímulo se rompe y bloquea la liberación de melatonina. La luz fría, comenta la Dra. Aguirre, tiende a ser más activante porque genera más bloqueos sobre la producción de esta hormona, en comparación a la luz cálida.
La interrupción del sueño provocado por estímulos lumínicos conlleva una serie de consecuencias biológicas para el organismo. Desde andar con sueño al día siguiente y tener una disminución de la alerta de los reflejos, hasta tener también otras consecuencias metabólicas.
“Aumenta el riesgo de desarrollar patologías asociadas al manejo de la glicemia, y dormir poco hace subir de peso. Además arrastra problemas hormonales más puntuales como la alteración de la función tiroidea, por ejemplo, con una menor respuesta inmune cuando uno duerme menos de lo que necesita”, destaca la neuróloga.
“Dormir menos de 5 horas diarias acorta la vida en 10 años, en verdad dormir poco mata”, remarca. Entonces, claramente la consecuencia de esta exposición a luz en horarios inadecuados es finalmente perjudicial para la salud.
¿Qué se recomienda ante una exposición involuntaria de luz nocturna? Según la neuróloga de Clínica Bupa Santiago, Evelyn Benavides, lo ideal es que tener cortinas bien oscuras, para tener una mayor ausencia de luz durante la noche, “y también la luminosidad lo más posible en las horas del día para contrarrestar esta luz externa”, añade.
Conscientes de este daño, muchos países están empeñados en buscar soluciones que permitan disminuir los niveles de contaminación lumínica. Ante esto comenzará a operar el DS1 del Ministerio del Medio Ambiente, que buscará limitar la cantidad de luz azul, reducir la luz excesivamente brillante y promover horarios de uso para este tipo de iluminación.
Hasta ahora, la legislación sobre contaminación lumínica está establecida principalmente a través del Decreto Supremo N°43 del Ministerio del Medio Ambiente, publicado en 2012, que actualmente regula la emisión de las fuentes lumínicas exteriores, tales como alumbrado público, letreros publicitarios, alumbrado deportivo, entre otros, pero solamente para las regiones con observatorios astronómicos profesionales. Es decir, en las regiones de Antofagasta, Atacama y Coquimbo.
En Chile, en paralelo, se ha ido avanzando en la detección de focos contaminantes de luz, incluso con iniciativas que incorporan a los ciudadanos. Por ejemplo, la Fundación Cielos de Chile, Fundación Ciluz, el Centro de Modelamiento Matemático y el Centro de Astrofísica y Tecnologías Afines (CATA) implementaron una iniciativa de ciencia ciudadana que permite a las personas identificar fuentes de contaminación lumínica. Esas pueden ser ingresarlas a un sistema geolocalizado y así determinar en qué puntos se originan estos tipos de contaminación.
“La luz, a diferencia de otras fuentes contaminantes, es invisible. Si uno ve el agua corriendo va y la apaga, o si ves un río con petróleo también vas y lo denuncias. En cambio, la contaminación lumínica es bastante silenciosa e invisible para los ojos de quienes no están involucrados en el tema”, explicó Ximena Muñoz, directora ejecutiva de la Fundación Ciluz.
Esta plataforma digital genera un catastro nacional de fuentes de contaminación lumínica a través de ciencia ciudadana. “Nuestra motivación se basa en educar en el control de la contaminación lumínica, impulsando la protección de los cielos, la biodiversidad, y la calidad de vida de las personas de nuestro país”, comenta Elise Servajean, gerenta general de CATA y parte de esta iniciativa.
¿Dónde están principalmente estos focos denunciados? Desde agosto del 2023 se han registrado en dicho portal más de un centenar de denuncias sobre distintos puntos de contaminación lumínica. Van desde María Elena, por el norte, hasta Punta Arenas en la zona más austral del país. Se diferencian focos que producen encandilamiento, luz desperdiciada, luz hacia el cielo, sobre iluminación, o luz intrusa -que es la que incide desde el exterior hacia el interior de los hogares-.
Por ejemplo, en Antofagasta se denuncia que fuera de la sede de Inacap se encuentran cuatro focos demarcadores de área que apuntan hacia la carretera y el mar, provocando exceso de iluminación y encandilamiento a los vehículos que transitan por allí. En Viña del Mar, su principal casino presenta denuncias en este portal ciudadano por la emisión de luces frías hacia la calle y hacia las viviendas aledañas, acompañadas de pantallas led.
En el sur, el muelle de Frutillar presenta denuncias por exceso de iluminación, mientras que la costanera de Puerto Montt figura en este catastro como sobre iluminada. En Punta Arenas, un peculiar foco en el suelo de la Plaza Muñoz Gamero es indicada como excesiva, que incluso llega a iluminar el cielo nocturno.
En la Región Metropolitana también se han detectado puntos de contaminación lumínica. Principalmente estos están ubicados en domicilios particulares, pero también destacan lugares como el Museo Interactivo Mirador, el Museo de Bellas Artes y el estacionamiento de la Clínica Alemana, por sus focos sobre iluminados que apuntan hacia los autos que pasan por la calle. La zona que también concentra denuncias de este tipo es la Plaza Ñuñoa, con focos publicitarios, exceso de luz blanca y luminaria pública que produce encandilamiento a los peatones.
Frente a los antecedentes que dan cuenta de un aumento en la contaminación lumínica y los efectos que se han evidenciado sobre la salud de las personas y la biodiversidad, en abril del 2019 se inició la actualización de la norma lumínica que entrará en vigencia en octubre. Esta nueva norma incluirá nuevos objetivos de protección, adicionales a la calidad astronómica de los cielos, ampliando su alcance a todo el país.
Dentro de las principales modificaciones a la norma vigente se encuentran la incorporación de la biodiversidad y la salud humana como un objeto de protección ambiental adicional a la calidad astronómica de los cielos nocturnos, la restricción de la emisión de luz azul desde el 15% actual a un 7%, y una restricción especial de 1% de luz azul en Áreas de Protección Especial. Estas últimas hablan de áreas con valor para la observación astronómica y para la protección del ecosistema.
También se implementará el fortalecimiento del control preventivo, a través del control de la comercialización de luminarias por parte de la Superintendencia de Electricidad y Combustibles (SEC). Además, los letreros publicitarios a base de iluminación led deberán estar apagados entre las 00.00 y las 07.00 am.
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