"Fui acosada laboralmente siendo académica de una universidad pública. Hice la denuncia en la Mutual de Seguridad y en la propia universidad. Nadie hizo algo. Ni siquiera investigaron. Fui humillada, violentada y desmerecida en mi labor educativa. Mi autoestima por el suelo. Tuve depresión severa y mi caso nunca se investigó en la universidad. El acosador y sus cómplices siguen impunes. No llegué a tribunales por no tener recursos para pagar un abogado. No pude seguir con mi carrera académica, pues no tengo referencias. Dolor, angustia y pena". El relato corresponde a una mujer, una académica universitaria que fue víctima de de acoso y abuso en el mundo académico en Chile.
Su testimonio anónimo es parte del libro A mí también. Una iniciativa que surgió en el contexto de las peticiones de las universitarias por eliminar el acoso sexual del ámbito académico, en el año 2018. Un movimiento y cuestionamiento social que dio paso en mayo de ese año, a lo que se conoció como la"ola feminista". Fecha en que la Red de Investigadoras, asociación que promueven la equidad de género en la investigación en todos los ámbitos del conocimiento en Chile, realizó una campaña denominada "A mí también".
Con aquella frase hicieron un llamado a través de redes sociales a investigadoras nacionales para compartir experiencias de violencia de género. Todo ello dentro del contexto mundial del movimiento #MeToo , que logró demostrar que las situaciones de acoso sexual y otras formas de violencia de género, eran, de alguna u otra manera, transversales a todas las mujeres.
La Campaña #Amítambién invitaba a compartir testimonios y vivencias de violencia de género en todas sus formas en el ámbito educativo. Se buscaban testimonios en colegios, escuelas, liceos, centros de formación técnica, universidades y escuelas matrices de las FFAA.
Y si bien, la idea original era recopilar historias relacionadas a contextos educativos, recibieron muchos testimonios que iban más allá de esos espacios. Relatos valientes, dicen, que sobrepasaron lo previsto, que recibieron entre mayo y junio de 2018. Como no podían dejarlos olvidados, al ser parte de la realidad, los recopilaron en un libro.
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Portada libro
A mí También
, que recopila testimonios de mujeres reales que adhirieron a la campaña #Amítambién.[/caption]
Ley de Acoso Sexual en Contextos Educativos
Adriana Bastías, directora de Red de Investigadoras, dice que el pre requisito de que fuera en contextos educativos, correspondía al interés de saber más sobre lo que se estaba viviendo en relación a las peticiones y demandas de las universitarias. Pero además, existía la necesidad de dar mayor relevancia al ingreso del proyecto de Ley de Acoso Sexual en Contextos Educativos que se presentó para discusión en ese momento.
Muchas mujeres respondieron al llamado. Fueron muchas más de las que imaginaron. De los diferentes testimonios notaron que no eran sólo en espacios educativos. "Surgieron diferentes testimonios, desde muchos relatos en la familia, con los abusos que hay. Luego en contexto de liceos y universidades, ahí el grado de violencia fue diverso, desde comentarios frecuentes que escuchan las mujeres de que '¿a qué vienen las mujeres a las universidades?', hasta abusos", destaca Bastías.
Reunieron los relatos. Pero no los analizaron. No tenían el consentimiento. La idea no era aprovechar de forma académica esos testimonios, dice Bastías, "sino mostrar la realidad a través de testimonios comunes y que lamentablemente existen".
Son 57 páginas. Cuenta con testimonios bastante largos y otros breves. Es algo intimo y doloroso. Frecuentes y transversales. "No es algo que ocurra a una o dos personas. No tiene que ver con que estas personas que los cometen son enfermas, sino con la sociedad machista, la gente confío en entregar los relatos y no podríamos guardarlos, por eso es un libro descargable, es gratuito", indica Bastías.
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Testimonio del libro
A mí También
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Bastías reconoce que recibieron algunas criticas por "mostrar el dolor", pero gran parte de los testimonios son esperanzadores. Muestran cómo aquellas mujeres, algunas incluso siendo niñas, sanaron o están en proceso de sanación. "Eliminamos nombres, porque no queríamos revictimizar a nadie, pero sí que sintiera que lo contaron, que se supo, que es una realidad que nos pasa a muchas".
Pero además, esta iniciativa busca generar discusión para que se acelere la discusión en el Senado de Ley de Acoso Sexual en Contextos Educativos, que previene y sanciona el acoso sexual dentro de la educación superior. "Se ha visto hace varias semanas en la tabla, pero por una u otra razón no alcanza a verse. Queremos que el proyecto avance, y fue presentado de forma transversal y esperamos que no se siga sin avanzar", recalca Bastías.
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Testimonio del libro
A mí También
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En Chile, en 2005 la legislación contempló la definición y disposiciones sobre el acoso sexual, pero solo en el ámbito del trabajo (Ley N° 20.005). Recientemente en mayo de 2019 fue publicada en el Diario Oficial la Ley N°21153, que modifica el Código Penal para tipificar el delito de acoso sexual en espacios públicos, ley impulsada por el Observatorio Contra el Acoso Chile (OCAC).
¿Pero qué ocurre en los espacios educativos? Si se trata de aspirantes a escuelas matrices de Carabineros, por ejemplo, o aquellas que estén haciendo magíster o doctorado con convenio con Conicyt, no tienen contrato, por ende, señala Bastías, "no tienen un contrato, no pueden acceder a apoyo".
Ese escenario, dice, es preocupante. Si bien hay universidades que han avanzado en regular el tema, lamentablemente no es en todas. "Lo que dice el proyecto que el protocolo de prevención esté inserto dentro de la educación superior, de tal forma que quien no tenga el protocolo de prevención y sanción, no pueda acreditarse, creemos que es importante porque muchas instituciones quieren acreditarse y van a cumplir con esta medida, para cambiar la mentalidad y algunas prácticas", dice Bastías.
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Testimonio del libro
A mí También
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El proyecto busca asegurar que los establecimientos educacionales de enseñanza universitaria, técnico profesional y, en general, todos los escenarios educativos, constituyan espacios libres de violencia y abuso sexual, junto con promover mecanismos reguladores y sancionatorios.
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Testimonio del libro "A mí También"[/caption]
Establece además, que es deber de todas las instituciones de educación, en todos sus niveles formativos, el adoptar aquellas medidas que sean necesarias para erradicar el acoso sexual y toda forma de violencia contra las mujeres, "debiendo promover el buen trato y relaciones igualitarias de género", detalla.
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Testimonio del libro
A mí También
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El proyecto también define qué se entiende por acoso sexual en el ámbito académico, señalando que es el acto de "quien valiéndose o con ocasión de un vínculo académico y/o de investigación, solicite favores de naturaleza sexual para sí o para un tercero, o presente un comportamiento no consentido de connotación sexual que provoque en la víctima una situación gravemente intimidatoria, hostil o humillante tanto de conductas aisladas o conductas reiteradas o habituales".
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Testimonio del libro
A mí También
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Precisa además, algunas situaciones de vínculo académico, para tipificar el delito de agresión sexual. Como por ejemplo, las que se dan entre tesista y guía, estudiante y profesor/a, estudiante de escuela matriz y el respectivo/a superior/a, entre estudiante en práctica y supervisor/a, compañeros de carrera o Universidad, ayudantes de cátedra, etc,, y cualquiera sea la nomenclatura que utilice la institución de educación, y cualquiera sea el lugar donde habitualmente se desempeñe el agresor, o la calidad jurídica del vínculo que éste o la víctima tengan con la institución de educación.
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Testimonio del libro
A mí También
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Dispone a su vez, que los establecimientos académicos deberán contar con un modelo de prevención y sanción de acoso sexual, el que deberá contemplar el contenido mínimo que se establece. Además, restringe el acceso a la acreditación institucional a los establecimientos educacionales que no mantengan un modelo de prevención de acoso sexual, los que tendrán un plazo máximo de 180 días corridos desde la publicación de este proyecto como ley para implementarlo.
Después de leer relatos como los mostrados en esta recopilación, Bastías recalca que, es cada vez más evidente la necesidad de firmar y ratificar el protocolo de CEDAW. "El protocolo busca eliminar toda discriminación en contra de las mujeres, lleva 18 años esperando y es tramitado en el Senado. Por cierto, no queremos que leyes que protegen los derechos de las mujeres y sus vidas en Chile, sigan esperando", indica.