Adiós a las bolsas plásticas: este lunes entra en vigencia ley que las prohíbe en todo el comercio incluyendo almacenes y ferias libres
La única excepción son los productos a granel que necesitan un envase primario como, por ejemplo, el pan. Multas pueden llegar hasta las 5 UTM por cada bolsa ilegalmente entregada.
Las bolsas plásticas se introdujeron en Chile en los años 70. Al igual que en el resto del mundo, su uso se fomentó como una forma de facilitar el transporte de productos, principalmente en el retail.
Útiles. Pero contaminantes. Su lenta degradación, por la composición química que poseen, hace que se acumulen. En promedio las bacterias demoran 400 o 500 años en poder degradarlas. Por eso, terminan contaminando los mares y el resto del medioambiente.
Desde este lunes 3 de agosto, y a dos años desde su promulgación, la Ley 21.100 que prohíbe las bolsas plásticas de un solo uso en el comercio comienza a regir de manera total en Chile.
Así, los almacenes, negocios de barrio y puestos de ferias libres ya no podrán entregar estas bolsas, sumándose así a los supermercados. “Estamos implementando la última etapa de esta ley, que se hizo de manera gradual”, destacó la ministra de Medio Ambiente, Carolina Schmidt.
La única excepción son los productos a granel que necesitan un envase primario como, por ejemplo, el pan de molde.
“Lo que está prohibido es la bolsa plástica de acarreo. Sin embargo, aquella bolsa que es necesaria por motivos de higiene, como por ejemplo la que lleva el pan o la del jamón, no está prohibida”, explicó Schmidt.
De acuerdo a las cifras del Ministerio de Medio Ambiente, desde el 2018 se ha evitado el consumo de alrededor de 5 mil millones de bolsas plásticas gracias a esta ley.
“Así como llevamos al supermercado la bolsa reutilizable, ahora tenemos que llevarla a la feria y a los negocios”, aseveró la autoridad.
Cabe recordar que Chile es el primer país de Latinoamérica que prohíbe el uso de bolsas plásticas en todos los comercios.
Adiós a las bolsas plásticas
Diferentes organizaciones valoraron la prohibición total de las bolsas plásticas en el comercio. Entre ellas, Greenpeace celebra el hito que define como una de sus más claras victorias en la lucha por defender el medioambiente.
Greenpeace inició su trabajo para eliminar las bolsas plásticas en diciembre de 2017 al montar un árbol de navidad afuera de un centro comercial invitando a la gente que desembolsara sus compras navideñas y colgara su bolsa plástica en el árbol. En cuatro días se reunieron más de 5 mil bolsas plásticos iluminadas en el centro de la capital.
“Esto es un primer avance contra la pandemia del plástico que revela que sí es posible eliminar los productos plásticos innecesarios. El crecimiento de la producción de plásticos y el rol que ha alcanzado en la generación de una crisis de contaminación en los ecosistemas sólo puede enfrentarse cambiando nuestra perspectiva de cómo consumimos y este es un gran primer paso”, explica Soledad Acuña, vocera de Greenpeace Chile.
Los plásticos tienen propiedades únicas y no puede pensarse en una sociedad con el nivel de desarrollo que tenemos sin el uso de estos materiales, agrega María José Galotto, investigadora del Centro de Innovación en Envases y Embalajes LABEN-CHILE de la Universidad de Santiago. Sin embargo, “hemos hecho un mal uso de ellos y esta ley es una iniciativa para cambiar la forma en que nos relacionamos con los plásticos”.
La ley de las bolsas plásticas “aparece en un contexto donde había un consumo masivo e irracional de este tipo de productos, sin conciencia del daño medioambiental que se estaba generando y, por supuesto, por el mal uso que de los residuos hace la población”, señala Galotto.
Economía circular
La multa que arriesgan los comercios si las entregan puede llegar hasta las 5 UTM por cada bolsa.
Es un gran avance. Pero Galotto resalta que Chile debería acercarse a una economía circular, donde los residuos de envases y materiales plásticos, dejen de ser un residuo y pasen a ser un recurso con valor propio; “una nueva materia prima secundaria, sin pérdida de valor; e implementar la nueva economía de los plásticos de forma amplia y transversal en todos los sectores”.
Para el climatólogo y académico de la Universidad de Santiago Raúl Cordero, un aspecto destacable de la puesta en marcha de esta nueva norma, más allá de sus evidentes beneficios medioambientales, son los relativos bajos costos políticos que las autoridades pagaron al implementar esta medida.
“Los políticos son renuentes a pagar los costos electorales de adoptar medidas correctas pero impopulares. Esa es la razón por la que no prohíben la leña o se cobra más impuestos a los autos de mayor cilindraje, o en general se adoptan regulaciones ambientales más estrictas”, advierte Cordero.
En el caso de la prohibición de bolsas plásticas, agrega, “también hubo, al inicio, ruidosas quejas y reparos que, afortunadamente, se disiparon en pocas semanas. Es muy probable que el respaldo a la eliminación de bolsas plásticas sea hoy mucho mayor que el que existía antes de la implementación de la medida”, añade.
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