Adultos mayores versus invierno: Especialista detalla cómo se deben preparar para este frente climático
Cuerpo y mente activa es uno de los consejos que entrega el médico geriatra e investigador del Centro Gero, Dr. Felipe Salech. Además, otro factor que resalta es la importancia de no fomentar la sensación de soledad en adultos mayores.
El invierno es una de las épocas más complicadas del año para el cuidado de la salud. Particularmente en el de este año, que llegó acompañado de bajas temperaturas, lluvias y sistemas frontales, los cuales potencian que la gente, y en especial las personas mayores, se queden en sus casas.
Para estos días fríos, que se suman al aumento de circulación de virus respiratorios, como la influenza, sincicial y adenovirus, es necesario establecer un cuidado especial en personas mayores, quienes son más propensos a sufrir enfermedades ligadas a estos virus, que pueden afectar su capacidad cardiovascular o circulatoria. Y todo esto, sumado además, a que el sistema que regula la temperatura corporal pierde efectividad a medida que pasan los años, por lo que toleran menos el frío.
Ante eso, el médico geriatra e investigador del Centro de Gerociencia, Salud Mental y Metabolismo de la Universidad de Chile (GERO), Felipe Salech, entrega cuatro consejos para cuidar a las personas mayores.
Uno de los factores más preocupantes es la circulación del virus de la influenza. Ésta afecta la nariz, la garganta y los pulmones. Si bien entre los jóvenes y personas sanas puede ser un virus pasajero, puede llegar a ser mortal en personas mayores o grupos de alto riesgo, ya que puede provocar neumonía o bronquitis. Sin embargo, cabe recordar que no es la única vacuna para enfermedades respiratorias recomendada para las personas mayores. “Está la vacuna antineumocócica, que debe administrarse en personas sobre los 65 años, y es parte del programa nacional de inmunizaciones, por lo que es gratis, administrable en consultorios y muchas veces las personas no lo saben”, comenta Salech.
Por otro lado, cuando llega el frío, las medidas de ventilación y de aglomeración tienden a estropearse un poco. “Hay menos espacios ventilados para que no baje tanto la temperatura, y eso facilita la circulación de estos virus respiratorios. A su vez, por razones climáticas, se reúne más gente en lugares cerrados y eso facilita la transmisibilidad de estos virus respiratorios. Por eso se debe ventilar la casa, que se puede hacer por períodos cortos de tiempo para minimizar el impacto sobre la temperatura”, agrega el especialista.
La falta de actividad física es otra preocupación a considerar durante el invierno. Esto, ya que hace que las personas estén refugiadas en sus casas, cómodas y con estufa, lo que baja sus niveles de movilidad. “Generalmente las familias nos consultan que después de estos períodos de invierno, los familiares tienen menos movilidad, marchas más inestables y temor a moverse, y eso tiene que ver con que el sistema locomotor, para poder preservar la marcha, debe mantenerse entrenado”, señala el investigador de GERO.
¿Cómo entrenarlo? “Las personas se imaginan que deben estar arriba de una bicicleta, caminando rápido o trotando, pero ha aparecido mucha data científica que muestra que los ejercicios de fuerza basados en las piernas tienen un impacto positivo en la salud de las personas mayores, ya que las actividades que favorecen la independencia de ellos, tienen que ver con el uso del tren inferior: ir al baño, levantarse o sentarse, subirse a un vehículo o desplazarse distancias para ir a comprar”, detalla Salech.
Uno de los más populares es ViviFrail, un programa desarrollado por un equipo de investigadores españoles, disponible de manera gratuita en internet, que ofrece pautas de ejercicios y tiene niveles de dificultad. También está “Yo me muevo en casa”, de la U. de Chile, que está disponible en Youtube, que tiene rutinas que se pueden desarrollar con elementos disponibles en la casa.
Minimizar la sensación de soledad
La sensación de soledad, producida por el aislamiento, conlleva peligros a nivel físico y emocional, por lo que se hace un llamado a los cuidadores y/o familiares a estar atentos y acompañarlos. Ante esto, el médico geriatra especifica que “muchas actividades de clubes del adulto mayores se suspenden en invierno por condiciones climáticas o para evitar transmisión de virus. Y desde la perspectiva biológica, existen algunos cambios respecto al funcionamiento del cerebro de las personas mayores, que tienen una mayor fragilidad y presentan trastornos anímicos”.
Uno de los elementos fundamentales, según enfatiza Salech, es entender que las personas mayores debieran ser una parte integral activa del funcionamiento activo de nuestras casas y se deben integrar en actividades que hace de manera cotidiana. “Hay una delgada línea entre cuidar y sobreproteger. Por ejemplo, una de las actividades que las personas mayores relatan como enriquecedora es la cocina, y las familias por temor a accidentes van alejando a las personas mayores de eso. Por el contrario, lo que se debe hacer es incluirlos, cocinar y transmitir historias de recetas, porque además es una herramienta que permite integrar desde los más pequeños hasta las personas mayores”.
Pasa lo mismo con los juegos que tengan que ver con cierta capacidad de entrenamiento mental, como juegos de carta o juegos de mesa, que se pueden realizar de manera transversal, y los mayores pueden jugar con los niños.
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